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En 15 años, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) se ha consolidado como un auténtico tribunal constitucional cuyos integrantes deben permanecer, como hasta ahora, independientes y comprometidos con resolver los asuntos con autonomía y de la mejor manera posible.

Así lo afirmó la ministra Margarita Luna Ramos, quien ayer en sesión solemne ante los plenos de la Corte, el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) se despidió de la silla que ocupó en el máximo tribunal del país durante los últimos 15 años.

La ceremonia se desarrolló en el edificio sede de la Suprema Corte con la asistencia de ministros, magistrados, jueces, familiares y amigos de la ministra, entre los que se encontraban el Licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, Presidente Ejecutivo y del Consejo de Administración de EL UNIVERSAL, y su esposa la señora Perla Díaz de Ealy.

En su discurso de despedida, la ministra señaló que la democracia no puede sostenerse en los pilares de una sociedad desigual, sino que florece donde la libertad se reconoce “como un horizonte de oportunidades para hombres y mujeres”.

“Encontré una Suprema Corte que se consolidaba como un auténtico tribunal constitucional, independiente, autónomo, fiel de la balanza y guardián de la división de poderes”, afirmó durante su discurso en el edificio sede de la SCJN.

“Estoy convencida de que el quehacer que realiza la Suprema Corte de Justicia es fuente de estabilidad, armonía y paz social; sin embargo, la democracia no puede sostenerse en los pilares de una sociedad desigual, florece en donde la libertad se reconoce, no como la ausencia de cadenas, sino como un horizonte de oportunidades para hombres y mujeres”, señaló Luna Ramos.

Recordó que desde el año 2004, cuando ingresó al máximo tribunal, fue parte de las discusiones en las que las grandes transformaciones legales de México fueron interpretadas por los ministros.

“La prudencia ha sido una sabia virtud cultivada en este pleno. Entendí que la opinión de un compañero no vence, sino convence o confirma el criterio discordante”, agregó.

Entre los cambios más significativos que enumeró fue la reforma constitucional en materia de derechos humanos y la discusión del caso Radilla Pacheco, que marcaron un antes y un después en la labor interpretativa de la Suprema Corte de la Nación.

También recordó la implementación de la reforma penal de 2008, el reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo, la solución de acciones de inconstitucionalidad de leyes electorales en todo el país, el caso Cherán sobre la consulta de pueblos originarios, la revisión de la Constitución de la Ciudad de México, las discusiones sobre la aplicación de la reforma en materia de amparo y, como último ejemplo, citó la primera declaratoria de inconstitucionalidad resuelta por el máximo tribunal la semana pasada.

“Estoy convencida de que el quehacer que hoy realiza la Suprema Corte de Justicia es fuente de estabilidad, armonía y paz social”, dijo.

Celebró que a 15 años de haber portado la toga de ministra y a pocos meses de cumplir 44 años en el Poder Judicial de la Federación (PJF) se retira con un historial de servicio sin mancha alguna.

“La decisión final de la actuación de un juzgador sólo pertenece al tiempo, hoy se cumple el mío. En este día en que abandono definitivamente mi sitial, me voy con la serena quietud de portar, sin mácula alguna, por última vez, esta toga que durante 15 años me acompañó en la realización de esta hermosísima tarea de impartir justicia.

“Esta toga que cotidianamente cobijó a mi solitario corazón de juzgadora que, en la resolución de los asuntos, siempre latió con inquietud”, expresó la ministra Luna Ramos.

En entrevista con El Gran Diario de México, la ministra dijo permanecer muy tranquila y contenta al concluir los 15 años que, para ella, “pasaron como un suspiro”.

“Dejo la Corte como lo que ha sido, un tribunal constitucional muy consolidado, sobre todo muy sólido, con compañeros muy serios, que siempre estudian, debaten los asuntos y los resuelven siempre con la mayor independencia y autonomía”, aseguró Luna Ramos.

“Espero que sigan actuando como lo han hecho hasta ahora, con independencia, con autonomía y con el compromiso de resolver los asuntos lo mejor posible”, subrayó.

La ministra Norma Lucía Piña Hernández fue la encargada de dedicar unas palabras a nombre del pleno de la Suprema Corte y destacó la trayectoria de su compañera como gran jurista, con la sensibilidad para defender a los grupos más desfavorecidos.

“El trabajo de Margarita siempre abonó a la tutela de los derechos de los grupos históricamente desfavorecidos y destacadamente a la igualdad de las mujeres. Su participación en las discusiones de este alto tribunal, así como su activismo en distintas trincheras, siempre estuvieron orientados a reivindicar el papel de la mujer en nuestro país y, en concreto, dentro del Poder Judicial de la Federación, en donde su legado es palpable en diversas sentencias y en su intensa labor para consolidar en toda la República Mexicana la perspectiva de género en los órganos de impartición de justicia y en sus resoluciones”, señaló la ministra Piña Hernández.

Tras los discursos, el ministro presidente de la Corte, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, entregó un reconocimiento a la ministra Luna Ramos por su trayectoria en el máximo tribunal y le aseguró que el pleno la extrañará.

“Habiéndose cumplido el objeto de esta sesión solemne, voy a proceder a levantarla, reiterándole a la señora ministra Margarita Luna Ramos, a nombre de este tribunal pleno, nuestro cariño, reconocimiento y amistad, y también expresándole que la echaremos mucho de menos”, dijo.

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