La solución al tráfico de fentanilo requiere de una estrategia de política exterior integral que incluya no sólo a México y Estados Unidos, sino al principal productor mundial de esa sustancia, China, sostiene Tonatiuh Fierro, maestro en Estudios de Asia y África por El Colegio de México (Colmex).
Urge a cambiar el enfoque tradicional de seguridad y salud pública en torno a esta droga que actualmente ha provocado una crisis de consumo en Estados Unidos, pues si bien México lo introduce a la Unión Americana, 90% proviene de China.
Señala que falta integrar al otro poder global que es China, se habla de Estados Unidos como consumidor, se menciona a México, pero dejan de lado al país asiático como un jugador estratégico contra las drogas y el fentanilo en específico.
Leer también: Previenen crisis en México a causa de fentanilo
“De acuerdo con un informe de Estados Unidos, China es responsable de más de 90% del fentanilo que se importa ilícitamente en el vecino del norte y es el mayor productor del mundo, le sigue India… no se habla de acercarse al productor para atacar el problema”, asevera el internacionalista en entrevista con EL UNIVERSAL.
Considera que China no dispone de una gran infraestructura, carece de capacidad técnica para inspeccionar y monitorear el tráfico del opioide sintético en grandes cantidades; otro factor es la falta de voluntad para hacer frente al problema.
El también autor del artículo Fentanilo, la otra pandemia: un emergente desafío bilateral, remarca que en el discurso del gobierno chino se responsabiliza a Estados Unidos por el alto consumo.
Resalta que del puerto de Shanghái, el más activo del mundo, parte la mayor cantidad de fentanilo rumbo a México, además de las mafias y corrupción.
El especialista subraya que el fentanilo chino se caracteriza por su alto grado de pureza; sin embargo, cuando llegan los precursores del opioide a México generalmente su promedio de pureza equivale a 10%.
“Porque se mezcla con otros adulterantes o diluyentes, lo combinan, por ejemplo, con cocaína o heroína, tiene un impacto fuerte ante la salud y en ocasiones las personas no saben lo que están consumiendo”, detalla Fierro de Jesús.
Cuestionado por su artículo Fentanilo, la otra pandemia, (publicado por Otros Diálogos del Colmex) expresa que es la otra pandemia, porque cuando estábamos con la contingencia sanitaria de Covid-19 empezó a incrementarse la producción del opioide y su consumo en Estados Unidos provocó más de 100 mil muertes al año.
Asevera que hay implicaciones en la salud pública y la seguridad estadounidense, pero también de México, puesto que el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación tienen una clara competencia para traficar esta droga.
“Principalmente empezó a aumentar la introducción en el puerto de Manzanillo, en Colima, y Lázaro Cárdenas, en Michoacán, de manera ilegal… es fácil porque vienen, por ejemplo, en cajas de comida, no tiene olor, es inodoro, es fácil su introducción, no como la cocaína”, externa Fierro de Jesús.
Subraya que existe una tendencia de aumento de tráfico, de producción y consumo de fentanilo en el territorio nacional, por lo que se debe reconocer que necesitamos de la colaboración de China y de Estados Unidos.
“Mientras tanto, dudo que en realidad la otra pandemia disminuya, los dos países, tanto China como México, son claves para ejecutar la estrategia con una visión integral de corto, mediano y largo plazo, pero sin el apoyo de la nación asiática no se va a poder hacer mucho”, puntualiza el investigador.
Comenta que en mayo de 2019, China implementó una ley para regular la producción de fentanilo y sus análogos.
“Pareciera que la tendencia es al revés, va aumentando la producción por la importancia que tiene la industria farmacéutica y química en ese país”, refiere.
El experto insiste en que se requiere una estrategia de política exterior integral, cambiar el enfoque tradicional de seguridad y salud pública.
El maestro por el Colmex explica que hay empresas chinas que el gobierno de Estados Unidos sancionó porque enviaban los narcóticos por paquetería, “además, no había un remitente real… es complicada la retención de esta droga”.