La lucha contra el terrorismo debe darse por la vía legal, con apego pleno al derecho internacional, sin afectar derechos humanos y sin abusar del artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, el cual se saca de contexto, aseguró el embajador de México ante la ONU, Juan Ramón de la Fuente.
Al participar en el debate abierto del Consejo de Seguridad —conmemorativo del 20 aniversario de la adopción de la resolución 1373 (adoptada tras los ataques terroristas en Estados Unidos en 2001) y del establecimiento del Comité Contra el Terrorismo—, De la Fuente expuso que se enfrentan retos frente a un fenómeno dinámico, que no cuenta con decisiones acordadas en el plano internacional y que ha tenido diversas facetas.
“Es fundamental que la lucha contra el terrorismo se haga por la vía legal, con apego pleno al derecho internacional, sin afectar los derechos humanos y con base en el artículo 1 de los Convenios de Ginebra, que a la letra dice: ‘Respetar y hacer respetar el derecho internacional humanitario’”, expuso.
Sin embargo, añadió, recién se ha observado, con preocupación, que ciertas medidas adoptadas para combatir el terrorismo dificultan la asistencia humanitaria.
“El Consejo debe asegurarse de que, al adoptar medidas para evitar el financiamiento del terrorismo, no se obstaculice la labor que las organizaciones humanitarias realizan en el terreno”, mencionó.
Añadió que la comunidad internacional debe usar mejor los instrumentos y mecanismos multilaterales disponibles para enfrentar la cambiante amenaza transnacional que plantea el terrorismo en todas sus manifestaciones.
“Preocupa también el abuso en el que se incurre al involucrar, fuera de contexto, el artículo 51 de la Carta de la ONU en la lucha contra el terrorismo”, mencionó.
De la Fuente expuso que la lucha contra el terrorismo no se va a ganar en los campos de batalla, todo ello dependerá del éxito que tengan las estrategias de prevención para atender las causas que lo originan: “Ello implica privilegiar la reconstrucción del tejido social, para evitar los fenómenos de radicalización”.
Detalló que, según un último informe de alertas de tendencias, en los últimos cinco años han aumentado 320% los ataques vinculados a personas afiliadas a movimientos supremacistas y organizaciones terroristas con ideología de extrema derecha.
“Falta una estrategia de atención individual preventiva más eficaz, la cual debiera ser uno de los ejes de la cooperación interacional”, dijo.
La estrategia para enfrentar el terrorismo, subrayó, debe ser integral y con dimensión de género, lo que implica tanto la oportuna atención a mujeres y niñas, como a víctimas, así como utilizar su potencial como fuente de cambio social y reconocer que algunas de las nuevas masculinidades alientan inclinaciones grupales de fraternidad que subyacen con frecuencia en las células terroristas y las ideologías supremacistas.
“Reiteramos que sólo el respeto pleno al Estado de derecho (...) nos permitirá enfrentar con mayor eficacia este terrible flagelo”, aseveró.