A punto de terminar sus 11 años en el órgano electoral, el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, advierte que si el plan B es declarado inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, podría construirse en México una narrativa de que habrá fraude en 2024, como ocurrió recientemente con Donald Trump en Estados Unidos y Jair Bolsonaro en Brasil.

En entrevista con EL UNIVERSAL, señala que la nueva presidenta del INE tendrá la responsabilidad de conducirse con apego a la Constitución y defender la autonomía. Afirmó que pese a dejar el cargo, no duda que sea objeto de una persecución política por las posiciones que asumió durante su presidencia.

¿En qué condiciones se queda el INE al dejar el cargo?

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—Queda una institución más fuerte que la que recibimos hace nueve años. Lo digo con datos ciertos, no sólo impresiones y subjetividades. Por primera vez en nueve años, luego de 331 elecciones, no hubo un solo conflicto electoral, por lo que éste se convierte en el periodo más largo de estabilidad política en toda nuestra historia.

¿Aún existe preocupación por el plan B?

—Del plan B no se ha decretado su inconstitucionalidad, así que sigue siendo una posibilidad latente que en el futuro se tengan que organizar elecciones con estas reglas que violan la autonomía e independencia del INE.

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¿Hay confianza en el Poder Judicial de la Federación que también es señalado?

—Qué casualidad que todos los órganos de control del poder son descalificados desde el poder, a menos que se subordinen a sus designios como ocurrió con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. La Corte es el órgano de control que permite que la nuestra sea una democracia constitucional. Somos respetuosos, no sólo de la potestad que tiene la Corte, también de la actuación que tiene, sea lo que sea que decida la Corte, es lo que va a prevalecer.

¿Cuál es la responsabilidad de los consejeros que llegan?

—Van a tener la responsabilidad de aprender a trabajar de manera colegiada, mantener un clima de civilidad, pero sobre todo de gobernabilidad institucional; esta responsabilidad es mayor en la presidencia. La responsabilidad de la próxima presidenta es conducir al instituto con responsabilidad, apego a la Constitución y conciencia de lo que significa la defensa de la autonomía.

¿Existen riesgos si llegan perfiles afines al gobierno?

—Hay quien, sin entender la política, descalifica esto diciendo que son arreglos entre los partidos, pues la política democrática es eso. Si eso se logra, no importan los perfiles que lleguen, porque si llegas como resultado de un consenso, tienes una responsabilidad con todos los actores. Optar por la insaculación es renunciar a la política.

¿Por qué cree que Morena tiene animadversión hacia usted y Ciro Murayama?

—Lo que está detrás, a menos que haya una un odio patológico, un rencor inventado; sé que está ahí presente el fantasma de 2006, pero el INE no las organizó. La razón de fondo es que en estos tiempos de concentración del poder, los órganos de control resultamos odiosos, pero es grave, porque resulta que la democracia constitucional le resulta odiosa a quienes detentan el poder. Cuando no puedes con una institución, es más fácil meterte contra las personas.

¿Seguirán los ataques en su contra cuando deje el cargo?

—Vamos a ser objeto de una persecución política, estoy casi seguro; quisiera equivocarme, pero el sello de la casa es ese. Creo que está cantado: cuando el poder se ejerce de manera autoritaria, el poder se vuelve en un enemigo de los derechos de la ciudadanía. Para presionarnos fuimos denunciados con juicios políticos que no prosperaron, pero el día que prosperen, estoy listo para ir a la Cámara de Diputados.

¿Cuál es su panorama sobre las elecciones de 2024?

—No quiero ser profeta ni especular, pero lo que va a pasar si el plan B se cae, es lo que pasó en Estados Unidos de Donald Trump; lo que pasó en Brasil de (Jair) Bolsonaro. Se va a empezar a vender el discurso de que va a haber fraude en 2024.

Si el plan B prospera y la designación de los consejeros acaba colocando aquí a personajes que se asumen como correas de transmisión o de intereses gubernamentales, vamos a ir a elecciones que van a ser muy problemáticas. No sólo por la polarización y crispación, además vamos a tener un problema en la organización.

¿Desde qué trinchera va a defender la democracia?

—Con satisfacción digo a quienes descalificaron mi trabajo: no somos iguales. No aspiro a un cargo como dicen. Vuelvo a mi cubículo del Instituto de Investigaciones Jurídicas a seguir defendiendo el sistema democrático.}

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