Lorenzo Córdova dejó de ser Consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE). Concluyó una etapa en la cual el INE fue objeto de ataques por parte de MORENA y de Andrés Manuel López Obrador. Resistió, pero ahora un Caballo de Troya –Guadalupe Taddei Zavala: prima del delegado de la Secretaría de Bienestar en Sonora y tía del primer director de la empresa estatal Litio por México (LitioMX)- ingresó para intentar minar a la Institución.
Córdova durante su gestión al frente del INE pasó de ser Consejero presidente a guardián de la democracia.
Lorenzo Córdova al frente del INE garantizó la realización de elecciones libres e imparciales. Respetó la pluralidad que se manifestó en las urnas en el año 2018 cuando la ciudadanía voto mayoritariamente por Morena, ¿ya se le olvidó a López Obrador? ¿Sus ataques se deben a que en 2024 no tendrán un triunfo amplió y por ello necesitan tener controlado el INE para regresar a las viejas prácticas del PRI?
A Lorenzo Córdova le tocó el cambio del IFE al INE, un órgano de carácter nacional que tenía que garantizar que a nivel local se replicaran los exitosos procesos nacionales. Se logró, si se piensa que se han llevado acabo 331 elecciones en las cuales ha triunfado la democracia y en las cuales la ciudadanía sigue participando de manera activa.
No hemos tenido conflictos pos-electorales. Han existido impugnaciones que son parte de la dinámica electoral, pero todos los procesos se han resuelto en los canales institucionales.
Lorenzo Córdova escribe en su artículo “Nueve años de estabilidad democrática”: “esas elecciones han producidos el mayor nivel de alternancia de toda nuestra historia democrática, con un índice –a nivel nacional- de poco más de 62% lo que significa que en estos años, la probabilidad que tiene un partido político que ha ganado una elección de volver a triunfar en las urnas en la ronda electoral siguiente es de apenas una de cada tres.” (El Universal, 23 de marzo de 2023). Hay alternancia. La sociedad puede estar segura de que su voto cuenta para castigar o premiar al partido en el poder. Se terminó, o al menos eso parecía, la época de las elecciones de Estado donde siempre ganaba el partido en el poder.
Esos son los resultados más destacados de Lorenzo Córdova: alternancia, transición, una institución nacional, voto libre y secreto, diálogo institucional, respeto a la pluralidad y fortalecimiento de la democracia.
Lo anterior es incómodo para un personaje como López Obrador que en su sangre corre el ADN totalitario del viejo régimen priista. Su administración se ha caracterizado por atacar y destruir los órganos autónomos, o bien: controlarlos como la CNDH o debilitarlos como el CIDE o intentar erosionarlos como con el INE con su fallida reforma constitucional, con su Plan B y ahora con su Plan C que consiste en destruir desde adentro al Instituto y así tenerlo a su servicio para garantizar que sirva a su causa: ganar a costa de lo que sea en 2024. Frente a dicha realidad Lorenzo Córdova soportó los embates lanzados desde la mañanera y defendió al INE a través de las vías institucionales. Se convirtió en el guardián de la democracia. Por ello se extrañará su presencia en el INE y queda en manos de la sociedad civil la defensa de la democracia y del Instituto.
Se agradece el trabajo de los consejeros Ciro Murayama, Adriana Favela Herrera y José Roberto Ruiz Saldaña. Hay que aplaudir a Edmundo Jacobo Molina que defendió a la institución y renunció con la cabeza en alto.
Sin duda alguna con la salida de Lorenzo Córdova queda un gran vació en el INE, quien no dudo seguirá defendiendo a la democracia, y porque no pensar: ya que va de regreso a la UNAM, es el perfil idóneo para buscar la Rectoría y continuar con la defensa que encabeza el Dr. Enrique Graue de nuestra máxima casa de estudios.