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Ataviado con un collar de pequeños sombreros y huaraches, un tanto jocoso pero serio, el presidente Andrés Manuel López Obrador lanza ante unas 10 mil personas de la tierra caliente que para la educación el límite de apoyos será "hasta que se canse el ganso".
La frase "me canso ganso" que ha revivido el mandatario ya aparece en camisetas, tasas, bolsas y un sin fin souvenirs que se venden al por mayor por comerciantes informales que se plantan fuera de los eventos oficiales del presidente.
En medio de un fuerte dispositivo de seguridad de policías federales y estatales, López Obrador llega a la tierra caliente mexiquense. Con un público mayoritariamente joven, el presidente echa a andar las becas Benito Juárez para estudiantes de nivel medio superior. 4.1 millones recibirán mil 600 pesos bimestrales.
El presidente capitaliza a su público joven para preguntarles si el ganso se va a cansar. Al unísono, se escucha un fuerte no en el deportivo de Tejupilco.
El gobernador mexiquense Alfredo del Mazo no deja de aplaudirle a López Obrador, mientras éste les dice a los adolescentes que ellos recibirán la estafeta y se harán cargo para que continúe la cuarta transformación de la vida pública de México.
El mandatario tiene a su público en las manos. Y una vez más los asistentes responden con gritos y risas cuando afirma que acabará con la corrupción y la impunidad, "me canso ganso".
Aun así, dice, todavía quedan por ahí algunos malandrines. El gobernador mexiquense sigue aplaudiendo.
Y ante tanto aplauso, López Obrador asegura que el priísta se ha portado muy bien. Y recuerda que ya no estamos en campaña, incluso evoca a José José: "ya lo pasado pasado, no me interesa".
El presidente recorre más de cuatro horas por carretera para llegar a las montañas de la tierra caliente, en su camino se encuentra baches al por mayor.
Durante su discurso lo recuerda y hasta les recomienda a los funcionarios públicos ver la película de sátira política, Calzonzin inspector, para que dejen de simular.
Y de paso le da un recargón a Salvador Fernández Ayala, encargado de conservación de carreteras de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) por haber mandado a una cuadrilla de trabajadores para revachear la vía y hasta le dijo que es de pena y mala costumbre hacer eso solo cuando saben que llegara el presidente.
"Ayer que pase hacia Altamirano, a la tierra caliente, le hablé por teléfono al encargado de conservación del camino, le dije: oye yo no ando en avión, ni tengo helicóptero, ando a ras de tierra como la gente y está muy mal el camino. Me dijo sí, señor presidente, ya tenemos un plan para la conservación de este camino desde Toluca hasta Altamirano", expone.
"Si no la han visto, se las recomiendo, hay una buena película que se llama Calzonzin inspector, buenísima.
Porque cuando iba a llegar una autoridad al pueblo, inmediatamente hasta les ponían patines a los militares retirados, los vestían de honor y en hospitales metían de enfermos a puro pesista para que vieran que el hospital estaba bien atendido", se mofa.
El Jefe del Ejecutivo, remata su discurso haciendo un llamado de atención: "Nada de estar pensando es el lujo barato o los bienes materiales, lo importante son los buenos sentimientos.