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El presidente Andrés Manuel López Obrador se reunió con el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Rogelio Cabrera, para hablar sobre migración, jóvenes mexicanos y la situación de hacinamiento en las cárceles del país.
Al salir de Palacio Nacional, el también arzobispo de Monterrey comentó la Iglesia católica puso a disposición del gobierno federal sus casas del migrante para apoyar con el problema “que se ha desbordado” por toda la República.
“Entre los temas que nos preocupan, el primero, y ustedes lo conocen, está desbordado, es la migración y quisimos llegar con él [López Obrador) para escuchar los planes que tienen y decirle cómo la Iglesia católica está trabajando en nuestras casas y ofrecerlas”, dijo.
Cómo respuesta a la emergencia migratoria, la Iglesia católica puso a disposición del gobierno sus 95 diócesis, 10 mil parroquias, más de 130 albergues y miles de agentes de pastoral en todo el territorio nacional, a fin de realizar ayuda humanitaria y defender los derechos humanos de los migrantes.
“Se expresó la necesidad de establecer un mayor diálogo y colaboración con las diferentes instancias de gobierno para unir fuerzas, coordinarse y garantizar la seguridad de los migrantes y los agentes de pastoral. La criminalización y estigmatización de los extranjeros y de los defensores de sus derechos humanos son una preocupación que se le manifestó al Presidente”, comentó Cabrera.
Mencionó que el encuentro fue a puerta cerrada y también estuvieron presentes miembros del Consejo de presidencia de la CEM: “Queríamos tener este encuentro, pero decidimos esperar a que pasara el primer semestre de su servicio en favor del país y ahora que ya pasaron seis meses de su trabajo, pedimos esta audiencia para platicar los temas que más nos preocupan como Iglesia católica”.
El presidente de la CEM reveló que se trataron temas como la educación y oportunidades de los jóvenes y la sobrepoblación de reos en los penales mexicanos.
“Nos ocupan los jóvenes, saber qué oportunidades tendrán en el futuro en cuanto a educación y empleo, y el tema de las cárceles mexicanas, vigilar las condiciones de hacinamiento y evitarlas”.
Sobre la reconstrucción del tejido social y el fortalecimiento del Estado de derecho, los obispos manifestaron su deseo de contribuir a este gran reto a través del Plan de Construcción de Paz del episcopado mexicano, que incluye centros de escucha, de defensa de derechos humanos, acompañamiento de víctimas y talleres de educación para la paz, entre otras cosas.
“El sufrimiento de tantas familias mexicanas por la violencia y la inseguridad urgen una colaboración fraterna”.
La CEM afirmó que de parte del presidente López Obrador, “se recibió una cordial y atenta escucha, además de una amplia disposición para mantener un trabajo de colaboración y articulado, en bien del pueblo”.