En la jornada de este domingo, día en que se lleva a cabo por primera vez en México una consulta popular, algunas personas se quedaron con las ganas de participar debido a que su nombre no aparecía en las listas de las mesas receptoras a las que acudieron.

Tal fue el caso de don Luis, de 85 años de edad, quien hizo un esfuerzo para salir de su casa, en Ciudad Satélite, y caminar unas cuadras con la ayuda de su bastón para llegar al Centro Cívico, donde ha votado durante los últimos 40 años.

Sin embargo, se llevó un tremendo chasco cuando llegó a la mesa receptora de las secciones 2736, 2739, 2786 y 2787, pues le informaron que no le correspondía emitir su opinión ahí, sino en el Instituto Benjamín Franklin, a una distancia de unos tres kilómetros.

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“Me mandaron al colegio Benjamín Franklin, allá está la lista en donde estoy”, comentó cabizbajo.

-Pero usted vive aquí a unas cuadras

-Sí. El Centro Cívico es lo más cercano a mi casa, subrayó para luego contar lo que le ocurrió: “Ahí voy caminando con trabajos; llego y solito, con los señores ahí sentaditos y todo. ‘¿Cómo se llama? Fulano de tal. No está en la lista. Usted está en el Colegio Benjamín Franklin, ahí es donde tiene que ir a votar’”

Insistió en que llegó a la mesa receptora con su credencial, “todo en orden”, y le dicen que no está registrado ahí. “Si siempre las votaciones, desde hace 40 años que llevamos viviendo aquí, venimos a votar por aquí, en el Centro Cívico. Y ahora me dicen que no, que hasta el Benjamín Franklin”.

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-¿Y eso donde queda?

-No sé, la verdad estamos muy mal, porque esa organización no sabe ni qué hacer.

-¿Y usted qué va a hacer?

-Pues nada, ya me quedé con las ganas (de participar), y como dice Porfirio Muñoz Ledo: “se van al carajo”, remató don Luis, para emprender el camino de regreso a su casa, con su bastón empuñado con su mano derecha y sus intenciones de participar en la consulta popular frustradas.

cev

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