Jorge murió por Covid-19 en su casa; Alicia, su esposa, todavía se siente culpable porque no lo convenció de ir a un hospital para tratar la enfermedad y a ello se suma la incertidumbre sobre los sentimientos de sus tres hijos, de 16, 14 y cinco años, quienes no se pudieron despedir de su papá.
“Cuando les pregunto cómo están, cómo se sienten, sólo me dicen que bien, que todo está bien, pero no se ven así...
“Unos son más expresivos que otros, pero aun así no consigo que me cuenten, que hablen de su papá”, narró en entrevista con esta casa editorial.
Ante esta situación, Alicia decidió buscar ayuda profesional para la contención emocional de su familia, porque sus hijos no sólo se enfrentaban al duelo de perder a su padre, sino también de perderla a ella, puesto que se convirtió en la proveedora del hogar.
“Me di cuenta de que no sólo afectaba que mi esposo ya no estuviera, sino mi ausencia, porque antes era ama de casa y ahora debo salir a trabajar, dejo a mis hijos solos o a cargo de familiares, es una doble ausencia”.
Gabriela González, directora de Niños de Ahora y creadora del Método Paternidad Efectiva, comenta que cada persona experimenta el duelo de diversas formas: todo va a depender de las creencias, tradiciones, cultura y religión para sentir su pérdida.
“Duelo significa ‘dolor’ y durante esta pandemia los niños lo han experimentado de muchas formas. Han perdido seres queridos, incluso a los padres, pero también están los que han perdido la posición económica, amigos y la libertad de salir.
“Los niños, sobre todo los más pequeños, quizá ni siquiera entienden qué es lo que está pasando, pero observan y perciben lo que sus padres sienten: como la tristeza, la ansiedad, la preocupación o la incertidumbre”.
En medio de la pandemia de Covid-19, la especialista explicó que para ayudar a un niño o adolescente a vivir su duelo ante cualquier pérdida es necesario hablar siempre con la verdad y evitar ocultar situaciones, por más difíciles que sean.
“Como adultos, regularmente queremos ocultar las cosas a los niños, sobre todo aquellas que creemos [que] los pueden lastimar, o pensamos que no lo van a poder asimilar; sin embargo, la negación de la situación genera resistencia para vivir de manera natural el duelo”.
Para manejar de manera efectiva el duelo en los niños y adolescentes, la experta en sicología enfatizó a los adultos que la primera red de apoyo emocional siempre será la familia y que es necesario hablar de cómo se sienten respecto a la pérdida, pues esto ayuda a la descarga emocional.
Explicó que dependiendo de la edad de los hijos será como se aborde la situación: entre más pequeños, será una explicación simple y sencilla.
“Hay que evitar el sufrimiento de nuestros hijos diciéndoles verdades a medias, porque eso sólo genera confusión”.
Agregó que es fundamental incluir a los menores en los rituales funerarios, porque de esa manera tienen la oportunidad de despedir a su ser querido. En caso de que no puedan estar presentes, se recomienda hacer un ritual de despedida en familia.
Finalmente, llamó a las familias mexicanas a que en caso de que la pérdida haya generado un impacto que no se pueda manejar en familia, se busque ayuda profesional: “El mal manejo del duelo puede generar más sufrimiento en el entorno familiar. Es importante tener esto claro para saber cómo atender la necesidad emocional de mi hijo o hija”.