Parácuaro, Mich.— Empacadores y cortadores de se sienten seguros con la presencia del y la , que limitaron la extorsión de los criminales contra los productores en seis municipios de la región de la Tierra Caliente michoacana.

Sin embargo, sufren los efectos de la peor caída en el precio del cítrico, actualmente entre los 3 o 4 pesos por kilogramo, lo que impacta directamente en su ingreso y necesidades básicas.

Desde la empacadora en la comunidad de Antúnez, municipio de Parácuaro, Teresa Rocha Cortés afirma que la variación en el precio repercute en ocasiones en su salario semanal.

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Teresa Rocha lleva un año como empacadora de limones, labor que desempeña de lunes a sábado. Dice que el despliegue de las fuerzas federales les ha devuelto la tranquilidad, pero hay incertidumbre respecto a que se retomen las extorsiones si los militares se van. Foto: Diego Simón Sánchez | El Universal
Teresa Rocha lleva un año como empacadora de limones, labor que desempeña de lunes a sábado. Dice que el despliegue de las fuerzas federales les ha devuelto la tranquilidad, pero hay incertidumbre respecto a que se retomen las extorsiones si los militares se van. Foto: Diego Simón Sánchez | El Universal

Mientras retira los limones quemados y partidos, la joven expresa su temor de que la actividad del sector limonero en el Valle de Apatzingán vuelva a parar por el acecho de los grupos criminales, una vez que se relaje la presencia de las Fuerzas Armadas hoy desplegadas en huertas, empacadoras y comercializadoras de limón de los municipios de Apatzingán, Buenavista Tomatlán, Parácuaro, Múgica y Tepalcatepec.

“Está muy bien el trabajo y ahorita estamos a gusto. Entro a las siete de la mañana pero no tengo horario de salida porque todo depende de los camiones que lleguen [con limón]. De entrada sí hay horario, pero de salida no”, explica.

Con un año trabajando en la empacadora de lunes a sábado, Rocha Cortés asegura que le gusta, aunque, dice, “es pesado porque todo el día parada te cansa, pero es bien pagado”, aunque admite que “a veces la variación de los precios afecta el salario, sobre todo cuando el limón está caro no nos conviene [trabajar] a nosotros, pero cuando está barato sí, ahí varía la paga”.

Rosendo Alvarado, de 16 años, ve afectados sus ingresos esta temporada por el bajo precio del limón, por lo que implora que suba el costo de ese producto representativo de Michoacán, el mayor productor del país: “Siento feo porque está barato el limón y no lo quieren subir en ningún lado”, lamenta.

Relata que lleva apenas dos años en el corte y lo que gana lo destina a solventar los gastos de su familia. Desde una de las huertas de limón de Rancho Seco, en Antúnez, el menor comenta que llega a trabajar a las siete de la mañana para cortar entre 18 y 22 cajas de limón diarias que le pagan a 25 pesos cada una: “Todo tranquilo con la presencia de las Fuerzas Armadas”, señala.

Tomasa González lleva 20 años trabajando como cortadora de limón en la comunidad de Antúnez, Parácuaro, y le gusta ese oficio de la región, que heredó de sus padres.

Todos los días llega a la siete de la mañana a la huerta de limón de Rancho Seco, donde corta entre 15 y 20 cajas del cítrico diariamente por un pago de 25 pesos cada una.

Al igual que muchos de los habitantes de la Tierra Caliente michoacana, la señora opta por el silencio cuando se le pregunta cómo ha afectado su trabajo la extorsión de los criminales a los productores limoneros.

“No, pues la verdad es que casi no sé”, responde mientras corta limón en medio de la vigilancia de los militares.

Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán y representante del Sistema Producto Limón Mexicano, indica que en menos de 100 kilómetros del Valle de Apatzingán hay más de 70 mil hectáreas de limón y existen grupos criminales que intentan controlar los días de corte de limón y los precios.

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Agrega que actualmente existen 4 mil productores de limón activos que comercializan entre mil y mil 500 toneladas del producto al año en el Tianguis Limonero del municipio de Apatzingán.

“El principal proveedor, sobre todo en estos meses de invierno, es Michoacán. Nosotros tenemos proveeduría todo el año, tenemos garantizado el abasto”, detalla.

Considera que la extorsión a los limoneros ha ido mutando, al grado que provocó hace unos años el cierre de empacadoras y los productores no podían transitar con el cítrico en varias regiones de Michoacán por el acecho de las bandas criminales, en ese entonces, sobre todo, Los Caballeros Templarios.

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