En el país, el año pasado hubo un ligero aumento en el acceso a servicios médicos públicos con respecto a los años anteriores; sin embargo, el uso de servicios privados aún es muy elevado, concluye la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2022 Continua, realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública y la Secretaría de Salud (Ssa).
“A pesar de una ligera reducción, el uso de servicios privados sigue siendo elevado, especialmente entre la población sin seguridad social (60.5%)”, específica el estudio.
Eduardo Lazcano Ponce, director general del Instituto Nacional de Salud Pública, detalla que los resultados se obtuvieron de encuestar 14 mil 240 viviendas, en ocho regiones del país: Pacífico-Norte, Frontera, Pacífico-Centro, Centro-Norte, Centro, CDMX-Estado de México, Pacífico-Sur y Península.
Dice que el fin es apoyar en el diseño de políticas públicas y que a partir de 2024, cuando obtengan información de la encuesta 2023, será un “insumo de información en salud relevante para la planificación de las políticas públicas de la siguiente administración”.
La Ensanut subraya que las personas que habitan en localidades pobres tienen un mayor riesgo de presentar enfermedades crónicas, mentales y mortalidad elevada, así como aquellas sin empleo o que trabajan en condiciones precarias (también relacionadas con un menor nivel educativo) tienden a sufrir más enfermedades cerebrovasculares, estrés y artritis.
“Dado que en zonas rurales es más alta la prevalencia de pobreza, los resultados sugieren que las familias más pobres siguen enfrentando más barreras para acceder a la atención médica”, señala.
Teresa Shamah Levy, directora del Centro de Investigación en Evaluación y Encuestas-INSP, explica que 44% de la población que reportó una necesidad de salud, se atendió en el sector público, lo cual representa un aumento con respecto a años anteriores: 41% en 2018 y 34% en 2021.
Gracias a la vacunación, de 2021 a 2022, la prevalencia de anticuerpos contra el Covid-19 aumentó de 57.9% a 94.4%, revela la Ensanut 2022. El año pasado, a nivel nacional, la prevalencia de anticuerpos anti-N, producidos por infección natural, aumentó de 57.9% a 94.4%, y en el caso de los anticuerpos anti-S, generados como respuesta a la inoculación, lo hizo de 74.7 a 98.1%, por lo que el alza obedece al uso de biológicos independientemente de la dosis o tipo de vacuna aplicada.
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La encuesta expone que la vacunación aumentó más de 85% en el último año como se estimaba de acuerdo con la Estrategia Nacional de Vacunación Covid-19.
“Más de la mitad de la población de 5-11 y 12-17 años ya habían recibido al menos una dosis comparado con 0.2% en 2021, pues aún no eran elegibles al momento de la encuesta. En el grupo de 18 a 29 años aumentó de 51.3% a 84.1%; de 30-39, de 76.8% a 84.8%; en el grupo de 50-59, de 85.4% a 88.5%, y en el grupo de 40-49 y 60 y más tuvieron pequeños aumentos”, detalla.
Los grupos de mexicanos de cinco a 17 años, 18 a 29 y 30 a 59 alcanzan entre 70% y 100% de prevalencia de esquemas de vacunación recomendados por la Organización de la Salud (OMS). En el caso de 60 años o más y grupos vulnerables, el estudio asegura que “se requiere un amplio espacio de trabajo para alcanzar la meta de vacunación”.
En cuanto a la prevalencia de obesidad, en adultos es de 36.9% y la de sobrepeso 38.3%; mientras que la obesidad abdominal en personas con 20 o más años, es de 81%, de acuerdo a la Ensanut.
Los datos revelan que la prevalencia del sobrepeso y la obesidad (75.2%), es la más alta del continente de América (62.5%), por lo que es uno de los principales retos para la salud pública en México, señala la encuesta.
“La posibilidad de tener obesidad es 45% mayor en mujeres que en hombres y 1.7 veces más alta en adultos de 40-59 años que en jóvenes de 20-39. En adultos con obesidad abdominal fue más frecuente encontrar enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión arterial, dislipidemias y cardiovasculares”, apunta.
Con información de Alelhí Salgado