Elementos de la Fiscalía General de la República (FGR) detuvieron en la Ciudad de México a , supuesto líder de la mafia rumana, en cumplimiento a una orden de captura provisional con fines de extradición.

Hoy, a las 01:30 horas, "El Tiburón" como también se le conoce fue ingresado al Reclusorio Norte de la Ciudad de México.

¿Quién es "El Tiburón", Tudor Florian?

Tudor está acusado de dirigir un grupo dedicado a instalar cajeros automáticos en diversos destinos turísticos para clonar las tarjetas de los usuarios.

Uno de los robos que se le imputan en México fue cometido en el año 2019 en cajeros de BBVA por 150 millones de pesos con tarjetas clonadas, señalaron fuentes federales.

En marzo pasado un tribunal de Rumania ordenó su captura por intento de asesinato, chantaje y constitución de una red de delincuencia organizada, razón por la que dicho país solicitó a México su colaboración para capturarlo.


El origen de la mafia rumana

La operación de la banda rumana inició en marzo de 2014, cuando a través de una empresa fachada de nombre Top Life Servicios, firmó un contrato con banco Multiva para instalar cajeros automáticos de la marca Intacash en centros turísticos, los cuales fueron utilizados para clonar tarjetas de los turistas y robarles su dinero.

Multiva es parte de un conglomerado operado por Olegario Vázquez Aldir, miembro de una de las familias más adineradas de México y designado en 2018 en el consejo asesor empresarial del presidente Andrés Manuel López Obrador.

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Algunas de las tarjetas clonadas en México eran utilizadas para sacar el dinero en otros países. Los skimmers y recaudadores de la banda operaban en Indonesia, India, Barbados, Granada, Paraguay, Brasil, Japón, Corea del Sur y Taiwán.

Rebeca Tudor, la mujer de la mafia rumana

Los socios de Tudor conseguían gente que realizaban giros a Rumania por Western Union. El dinero le llegaba a otros en Rumania, incluyendo residentes de Craiova, reclutados por la banda y Rebeca Tudor, la mujer del Tiburón. Los fiscales rumanos encontraron numerosas personas de esa ciudad, incluyendo trabajadores de la construcción, estudiantes e incluso un sacerdote, que recogían sumas de hasta 3.000 dólares, según sus declaraciones.

Eduard Costel Raicea, de 28 años, le dijo a los fiscales que trabajaba en una casa que estaba construyendo Rebeca, cuando ella se le acercó a ella y a otros 10 compañeros y les pidió un favor.

“Nos pidió que recibiéramos un dinero de México por Western Union que su marido le hacía llegar. Al ser una cantidad muy grande de dinero ella no lo podía retirar, lo necesitaba para terminar la casa”, le dijo a los fiscales.

Rebeca le dio a cada uno de ellos un pedazo de papel con un número de control de transferencia y ellos retiraron cantidades entre 2.800 y 3.000 euros, explicó. Por la gestión, cada uno de ellos recibió 100 leis rumanos (unos 20 euros).

En 2016, Rebeca Tudor recibió 109.755 euros en dos envíos realizados por su marido, que en ese momento dirigía su operación criminal en México. Ese año y el siguiente, recibió otros 299.419 euros, esta vez de parte de Adrian Enachescu, el hermanastro del Tiburón y accionista de Top Life Servicios, la compañía que la banda creó para instalar los cajeros trucados en México.

Más tarde, en enero de 2019, Rebeca giró 127.000 dólares a Enachescu en México. Esta vez, la transferencia hizo saltar las alarmas. El empleado de un banco la llamó al día siguiente. Ella explicó que era la devolución de un préstamo.

De hecho, el banco había descubierto como la banda lavaba dinero através préstamos inmobiliarios.

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Ese día, horas antes, Rebeca había vendido un apartamento en Craiova por cerca de 92.000 euros a través de una sociedad que creó en 2016 llamada Seven Residence SRL. Ella había estado usando esa compañía para blanquear los fondos que iba recibiendo de la banda con préstamos a esa sociedad, que usó para construir un edificio de apartamentos.

El comprador del apartamento le pagó un adelanto de 30.000 euros en la cuenta de Seven Residence. El mismo día, la compañía envió 48.000 euros a la cuenta personal de Rebeca, donde se identificó como reembolso de un préstamo. Ella añadió a su cuenta 51.000 euros a través de un depósito en efectivo, que los fiscales afirman fue entregado por familiares de Velcu, incluidos los 20.000 dólares desenterrados en su jardín.

Después, hizo la transferencia a México.

Rebeca ha recibido dinero de la banda mediante transferencias bancarias y en metálico, que posteriormente se prestaron a Seven Residence para la construcción de apartamentos. Ella más tarde vendió los pisos a través de su compañía y enviaba de vuelta el dinero a la banda, completando el ciclo de blanqueo de dinero.

Juceline Belmonte do Amaral y el Tiburón rumano

Los registros de propiedad muestran que Tudor también es dueño de un condominio de 1.37 millones de dólares en Sunny Isles Beach, un lujoso barrio de Miami. Él y Juceline Belmonte do Amaral , a la que se refiere como su esposa, compraron esa propiedad en enero de 2016. En julio de ese año compraron un muelle adyacente por 94.500 dólares.

La pareja nunca vivió en ese condominio y lo han ido poniendo a temporadas en venta y lo han estado poniendo a la venta por temporadas desde noviembre de 2017.

En enero de 2020, crearon una compañía en Florida llamada Jucilene Amaral & Florian Tudor LLC, que luego usaron para obtener una hipoteca de 400.000 dólares sobre la propiedad.

La relación de Tudor con Belmonte do Amaral parece coincidir con inversiones inmobiliarias en Brasil, su país, y con actividades en la región de Foz do Iguaçu, su ciudad natal. La ciudad se ubica junto a las mundialmente famosas cataratas de Iguazú, en el cruce fronterizo con Paraguay y Argentina, una zona conocida por ser un centro de tráfico de drogas, contrabando y trata de personas.

En 2016, la policía paraguaya de Ciudad del Este – justo al otro lado del río desde Foz do Iguaçu- detuvo a dos rumanos que conducían un vehículo registrado a nombre de Julio, uno de los hermanos de Belmonte do Amaral. Llevaban tarjetas bancarias presuntamente clonadas y un lector de banda magnética. Uno de los hombres, Marian Zarcu, trabajaba para Tudor, coordinando equipos que retiraban dinero de las cuentas de las víctimas, según investigadores rumanos.

Dos años antes, Tudor le había comprado una empresa en México a otro hermano de los hermanos de Jucilene, Juliano Belmonte do Amaral. Es una casa de cambio de divisas, que hoy opera una red de agencias en toda la Riviera Maya y en otros destinos turísticos de México.

cg

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