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Inés Monsalvo Nosedal ha dedicado 13 años de su vida a la entrega de servicios postales en México y comenta que una de las cosas que más le preocupan es la disminución de cartas o paquetes, y sobre todo le entristece ver que cada vez haya menos personal.
En México cada 12 de noviembre se celebra el Día del Cartero y del trabajador postal, oficio que cada año ha tenido que disminuir su plantilla, debido al aumento de empresas de mensajería privada y del avance tecnológico.
Sólo en 2013, de acuerdo con información de Correos de México, había 10 mil 200 carteros que daban cobertura a 94% del territorio nacional. Para 2018, la plantilla era de 8 mil 55 personas que entregaban paquetes y cartas y cubrían a 97% de la población.
En 2019 la plantilla de carteros es de 7 mil 819 personas que dan cobertura a 95% de la población, entre ellos se encuentra Inés, quien cada día sale de su hogar dispuesta a dar el mejor servicio, puesto que realiza su trabajo con mucho gusto y trata de dar lo mejor de sí.
Aunque al principio le pareció un trabajo un poco complicado, porque ella se preparó para ser secretaria bilingüe, con el paso del tiempo aprendió a amar su oficio.
“Mi exsuegra estuvo muchos años en el servicio postal de Naucalpan, ella fue la que me contactó, porque yo antes trabajaba como secretaria bilingüe, pero me quedé sin empleo y me dijo: ‘Hay trabajo allá, pero es de cartera, no en el área administrativa’.
“Al principio fue un reto, porque yo no tenía idea del trabajo que tenía que hacer, para mí fue algo completamente nuevo, pero me gustó mucho”, comenta.
Pese a que Inés no sabía andar en bicicleta, se las ingenió para aprender a cubrir sus rutas, a conocer las calles, y sobre todo, los lugares de menor y mayor peligro. Afirma que para ella es un trabajo que le gusta y que no pensaría en dejarlo por otro de tipo administrativo.
“Uno se tiene que cuidar mucho en la calle, y aquí el doble, porque anda uno en los vehículos, por ejemplo, tengo un triciclo y uno se tiene que hacer cargo de ellos, de la correspondencia, pero además de nuestra seguridad porque es una responsabilidad, sólo en una ocasión me robaron unas facturas, pero se hizo el proceso de rutina que es levantar las actas y no pasó a mayores”, recuerda.
Otro de los peligros a los que se enfrentan los repartidores de Correos de México son los accidentes viales y de tránsito. Inés Monsalvo cuenta que la atropellaron, y por ello tuvo que aprender a ser más astuta.
“Me ha tocado desde caerme, que me atropellen, un día llegué con las rodillas raspadas porque me caí con el triciclo y la correspondencia, pero es algo que no es del diario, pero sí pasa que se te poncha una llanta y tienes que venir arrastrándolo, son accidentes que pasan”.
Ser mujer en este oficio no le ha traído mayores problemas en cuestión de seguridad, puesto que, en su experiencia, las mismas personas la procuran, están al pendiente de ella y eso hace que se sienta más cobijada.
Por otro lado, a pesar de que la brecha de género cada vez es menos marcada en la sociedad, ha presenciado cómo a muchas personas aún les parece raro ver a una mujer desempeñando este trabajo.
“Siento que por ser mujer también nos procuran más y es bonito, te sientes cobijada en tu trabajo, es un miedo menos. Muchas personas nos dicen que es raro ver a mujeres que se dediquen a este oficio, no estoy segura, pero creo que cuando yo entré a trabajar fuimos la última generación de carteras.
“Hay muchas personas que vienen de otros lugares que sí se les hace raro, nos ven y nos dicen: ‘Una mujer cartera, nunca había visto una’ y es porque siempre hemos estado acostumbrados a que son hombres”, afirma.
Uno de los momentos más difíciles para Inés fue cuando estuvo embarazada de su hijo, que en la actualidad tiene ocho años, ya que siguió trabajando y comenta que le fue muy difícil porque al realizar caminatas muy largas sentía cómo el bebé se le “enterraba”, entonces tenía que empezar a tomar otro ritmo.
Inés recuerda que cuando inició a trabajar, las condiciones de trabajo eran otras, porque había más cartas y paquetes que entregar y sobre todo más compañeros. Recuerda que había a quienes se les dislocaban los hombros por el peso que tenían que cargar diario.
“Antes, los compañeros carteros de tanto cargar las valijas se les zafaban los hombros por lo pesado, porque no nada más era cargar las maletas con las cartas, sino también eran los paquetes, antes llegaba mucha correspondencia, la ventaja era que sus rumbos eran más cortos, pero había muchos carteros”, explica.
En la actualidad, Correos de México aún mantiene liderazgo en la entrega de servicios de paquetes y cartas en los estados de Veracruz, Chiapas, Durango, Guerrero, Hidalgo, Estado de México, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, San Luis Potosí, Tabasco, Zacatecas y Tlaxcala.
Mientras que en Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Sinaloa, Sonora, Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche, Colima, Quintana Roo, Querétaro, Puebla, Tamaulipas y Yucatán han perdido cobertura, debido a los servicios privados de paquetería.
Inés Monsalvo pide a todas las personas que sigan confiando en los carteros y los servicios que Correos de México ofrece, puesto que es un oficio muy noble del cual dependen muchas personas.
“Ser cartero es un oficio muy noble, ojalá que siempre exista y que las personas no se olviden del Día del Cartero y que sigan creyendo en el correo, que sigan depositando sus cartas y que sigan confiando en nosotros”.