Mientras Guerrero seguía hundido en la violencia, en septiembre de 2017 el entonces fiscal Xavier Olea Peláez se casaba. En redes sociales lo tundieron.
Ya desde entonces se sabía que algunas cosas no marchaban bien en su oficina. Y no era necesariamente que presumiera en las redes sociales sus paseos con perros o sus nupcias . No. Era, nos dicen, un asunto más complicado.
Desde entonces se señalaba un presunto conflicto de interés . De hecho, su salida reciente de la fiscalía de Guerrero, nos cuentan, que tiene esa motivación.
Nos aseguran que el conflicto de interés tiene qué ver el despacho de abogados que él encabezaba, ahora representado por sus hijos, con casos relacionados a la fiscalía, que estaba a su cargo.
Incluso, la Secretaría de Gobernación solicitó una investigación sobre este penoso y delicado asunto, nos hacen ver.