El gobierno federal va muy retrasado en la compra consolidada de medicamentos para el periodo 2025-2026, ya que debió haber iniciado con un año de antelación y no a dos meses de que inicie el próximo año, señaló Larry Rubin, director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF).
En entrevista con EL UNIVERSAL, explicó que el éxito o el fracaso del nuevo modelo presentado por la presidenta Claudia Sheinbaum dependerá también de la coordinación entre los responsables de operar el plan, para que funcione la distribución y la farmacovigilancia.
Añadió que es necesario que en el Presupuesto de Egresos de la Federación se destine, por lo menos, 3.25% del PIB a ese rubro.
Refirió que el retraso de la llegada de medicamentos innovadores o la realización de investigaciones clínicas en el país se debe a la falta de voluntad de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y a la burocracia.
Afirmó que si se actualizaran los protocolos de investigación clínica, estos podrían retribuir hasta 4 mil millones de dólares al país, y no sólo los 200 millones de dólares que existen actualmente. Además, dijo que el órgano regulador debería adoptar las medidas de otros países, para que la aprobación de nuevos medicamentos se otorgue en dos meses, como máximo.
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¿Qué le parece el nuevo modelo de adquisición y distribución de medicamentos que presentó la presidenta Sheinbaum?
—Ya vamos atrasados en solicitar medicamentos, porque esto va a iniciar en 2025, estamos prácticamente a dos meses y la medicina no se hace de un día para otro, y aparte, en muchas ocasiones viene de pedidos especiales de otras partes del mundo. Hemos venido solicitando que se hagan los pedidos con suficiente antelación, para que México tenga la cantidad y la calidad de medicamentos que requiere. Idealmente es que se hagan con un año antes o mínimo con seis meses.
¿El nuevo modelo funcionará?
—Estamos deseosos de que así sea, la realidad es que también depende de quiénes estarán operando este sistema y la eficiencia con la que ellos lo hagan. Habrá que acordarnos que la medicina no es como distribuir refrescos o papitas, la realidad es que los laboratorios serios requieren una farmacovigilancia para asegurar que el medicamento le llegue al paciente en las condiciones óptimas.
¿Cómo lograr que los procesos regulatorios sean más ágiles?
—La realidad es que muchos de ellos nada más requiere de voluntad política. Parte de nuestra propuesta es asegurar que no nada más los fármacos, sino también la investigación clínica, que es tan crucial para el futuro del país, se puedan aprobar los protocolos con mucha más rapidez. Actualmente están tardando casi un año y, por ejemplo, Argentina, que se lleva la mayoría de los protocolos, lo autoriza en 45 días.
Creemos que esta es una gran oportunidad para que México crezca económicamente hablando, para que en México no nada más haya 200 millones de dólares en investigación clínica, sino se puede exponenciar a 4 mil millones de dólares, y así se lo hemos expuesto tanto al secretario Kershenobich, como a otros funcionarios.
¿En qué rubros es necesario incrementar el presupuesto para la salud pública?
—Sin duda, el poco presupuesto que le asignan a Cofepris tiene afectación, a pesar de que la misma Cofepris recauda más de 3 mil millones de pesos, la realidad es que lo que le reasignan, después de esta recaudación es muy poco, comparado a lo que requiere, y la realidad es que Cofepris queramos o no, regula casi 12% del PIB nacional.
¿Es necesario impulsar la inversión en investigación clínica?
—Creemos que la inversión en salud es muy pobre en México, en otros países de Latinoamérica, en condiciones más desfavorables que México, están invirtiendo en salud arriba de 6% del PIB. En México se invierte alrededor de 2%, entonces, existe muy poco dinero para pagarle bien a los médicos, a las enfermeras y medicinas suficientes.