Nación

“La verdad yo nunca tuve miedo; sí me dolió un poquito”

Familiares de quienes recibieron el antídoto manifestan que ya sienten una enorme tranquilidad

Felipa Alvarado fue de los primeros adultos mayores en recibir la vacuna contra el Covid-19 en el estado de Querétaro. Foto: Demián Chávez. EL UNIVERSAL
16/02/2021 |03:12
Redacción
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Querétaro, Qro.— A sus 83 años de edad y padeciendo enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), Felipa Alvarado es de los primeros adultos mayores en recibir la vacuna contra el Covid-19 en Querétaro.

La acompaña su hija Petra Martínez, de 52 años. Esta familia, al igual que la gran mayoría en el municipio de Amealco, no cuenta con internet en su vivienda, por lo que Felipa no fue registrada en la plataforma digital de Bienestar para recibir el antídoto.

Sin embargo, una vecina les avisó de la campaña que se realizará esta semana, así que a primera hora Petra acompañó a su madre Felipa hasta el centro de salud e hicieron fila para que fuera de las primeras en recibir la inmunización contra el Covid.

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Aunque el frío calaba por los 5 grados de temperatura que registra Amealco, después de las 8 de la mañana Felipa ingresó al área de vacunación y recibió la primera dosis de AstraZeneca.

La mujer dice que nunca tuvo miedo de vacunarse: “La verdad yo nunca tuve miedo, todo este tiempo he estado en mi casa, pero si me quieren poner la vacuna que me la pongan, que sea lo que Dios quiera. Sí me dolió un poquito cuando me la pusieron, pero ahorita ya me siento bien”, narra mientras espera en el área de observación durante 30 minutos.

Las personas con EPOC, como es el caso de Felipa, padecen con frecuencia de enfermedades pulmonares que pueden bloquear sus vías respiratorias; cuando una persona con EPOC se complica, tiene dificultad para respirar, y padece de tos, sibilancia y mucosidad en exceso.

Por eso, mantener a su mamá lejos del virus parecía una tarea casi titánica, pero no imposible. Patricia, al igual que sus hermanos, sobrinos y nietos, extremaron todas las precauciones durante el último año para mantener saludable a Felipa, hasta que llegó lo que esperaban, la vacuna.

Mientras la adulta mayor espera en el área de observación, envuelta en cobijas, su hija Petra espera en uno de los pasillos, se siente aliviada de saber que su madre adquirió la primera dosis y confiesa que el último año no ha sido fácil, pues ella y sus hermanos que se dedican al campo y al comercio han padecido serias dificultades económicas debido a las restricciones.

“Mi familia es muy numerosa, económicamente todos estamos mal, pero de salud todos bien, y para nosotros lo más importante es mi mamá, su seguridad, porque además ella tiene EPOC, eso es muy delicado, la tenemos que cuidar mucho, por eso en cuanto nos dijeron de la campaña me vine con ella, hacía mucho frío, pero no importa, nos venimos bien abrigadas, lo importante es que ella tenga su vacuna”, relata.

“Ella dice que no estaba nerviosa, pero sí la noté un poquito asustada en la mañana, no quería salir de su cama, me decía que no quería venir, que mejor otro día, pero mira, llegamos y ya se siente una tranquilidad muy grande de saber que tiene su vacuna. Nosotros somos más jóvenes, tal vez si nos contagiamos tenemos más posibilidades de salir adelante, pero ellos son los que necesitan ahorita la mayor protección”, comenta.

La historia de Felipa es sólo una de tantas que convergen en este centro de salud, donde los adultos mayores de 60 años, todos acompañados de algún familiar, acudieron para recibir la primera dosis de esta vacuna contra Covid-19. Algunos fueron registrados previamente a través de la plataforma digital, otros citados vía telefónica y unos se enteraron de la vacunación por algún vecino o conocido.

La jornada de vacunación para este sector inició en el municipio de Amealco de Bonfil, ubicado a una hora de la capital queretana, pues el programa de vacunación del gobierno federal busca inmunizar primero a los adultos de comunidades rurales, para después seguir con la población de la zona metropolitana.

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