Las polémicas obras de teatro que montaba —en las que se hacia clara alusión a personajes políticos de la epoca, como el expresidente Gustavo Díaz Ordaz—, los ataques que sufrió por militantes del Partido Acción Nacional (PAN) —por presuntamente promover “la pornografía y el vicio”— y los libros que escribió son algunos de los aspectos que la Dirección Federal de Seguridad (DFS), antecesora del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen, hoy Centro Nacional de Inteligencia [CNI]), espió y siguió de cerca a la actriz, cantante y posteriormente senadora de la República, Irma Serrano, La Tigresa.
En el expediente que el Archivo General de la Nación (AGN) acaba de desclasificar y al cual tuvo acceso EL UNIVERSAL se indica que a mediados de la década de los 70 la agencia de inteligencia al servicio del gobierno de Luis Echeverría Álvarez inició el espionaje sobre La Tigresa, en el que se detalla su participación dentro del grupo disidente en la Asociación Nacional de Actores (ANDA).
El expediente de 19 fojas, que abarca de 1975 a 1978, se encuentra en la caja 257 de las versiones públicas en el llamado Palacio Negro de Lecumberri, hoy sede del Archivo General de la Nación.
Su relación con Don Gus
En el primer reporte, fechado el 12 de agosto de 1975, se indica que un par de elementos de la DFS se presentaron en el teatro Fru-Fru, propiedad de la actriz, en el que Irma Serrano montaba la obra La dama de las camelias, de Alejandro Dumas, donde hay un personaje llamado Don Gus, en clara referencia a Gustavo Díaz Ordaz.
Puedes leer: Al descubierto, andanzas de Raúl Salinas, “el hermano incómodo”
“Por lo que se refiere a alusiones a personajes destacados del ámbito político nacional, en el primer acto se expone la difícil situación por la que atraviesa ‘Margarita’ (Irma Serrano), quien ha abandonado sus actividades de prostituta, por lo que la instan a recibir a su protector, a quien designan como Don Gus, a fin de allegarse de fondos”, señala el texto.
Además, en el reporte se detalla que en la obra hay tres escenas con implicaciones políticas: “una en el cuadro cuarto del primer acto donde se alude al eslogan presidencial ‘Nuestros impuestos están trabajando’; en el segundo acto se alude al 15% de impuesto sobre el consumo y en el tercer cuadro del segundo acto (se critica) a lo elevado de los impuestos”, añade.
“A lo largo de toda la obra destacan escenas de carácter francamente pornográfico, en donde en el primer acto hay un juego de luces y a través de una tela que sirve de biombo se simula claramente el acto sexual; en forma más discreta se presenta una vez más en este mismo acto y en dos ocasiones más en el segundo acto”, describe.
El documento señala que el lenguaje usado en toda la obra es “totalmente libre, abusándose del albur y cayendo en la franca grosería”.
Lee también: Monsiváis, marxista y resentido, según sus espías
Agresión de panistas
En el reporte del 15 de noviembre de 1977, un elemento identificado con las siglas JVN detalló que en el teatro Televicentro de Ciudad Juárez, Chihuahua, 12 militantes del Partido Acción Nacional (PAN) comenzaron a lanzar piedras contra las ventanas y puertas del teatro en protesta por que La Tigresa se estaba presentando con la obra de teatro Lucrecia Borgia.
“Los elementos de Acción Nacional consideran inmoral esa obra e incitaban al público a que se les uniera a las agresiones y boicot a la citada obra, no encontrando eco”, indica el documento.
Tras esto, dos días después, el 17 de noviembre de 1977 se reportó que lrma Serrano presentó una denuncia penal por los insultos y agresiones que había sufrido por parte de miembros “plenamente identificados” del PAN.
“La artista fue insultada y agredida anteanoche, cuando iba a presentar por primera vez en esa ciudad, en Televicentro, su obra Lucrecia Borgia, ataques que sufrió por parte de miembros plenamente identificados del PAN, y que causaron daños, tanto al edificio como al equipo de propiedad, por $230,000”, indica.
Te puede interesar: “El Pirulí”, el cantante espiado por burlarse de dos presidentes
El documento señala que La Tigresa había enviado un telegrama al entonces procurador General de Justicia “y pide protección tanto para ella como para su compañía, exige que se abra una investigación y se castigue a los responsables”.
En tanto, el entonces dirigente del Partido Acción Nacional en ese estado, y cuyo nombre fue borrado, declaró que continuaría con su campaña contra la pornografía.
“Seremos inflexibles en nuestra lucha contra el vicio y la pornografía, la inmoralidad pública se origina cuando el teatro y el cine obsceno hacen las veces de mala semilla en el campo social, consecuentemente habremos de cosechar vicio, prostitución y la degradación del hombre”, dijo.
Oposición a la ANDA
En el reporte del 22 de junio de 1977 se señala que en una asamblea del grupo disidente a la ANDA, el cual presidía el actor Enrique Lizalde, informaba a la asamblea de 600 actores que había tenido una plática con Pedro Ojeda Paullada, entonces secretario del Trabajo y Previsión Social (STPS), y quien les había planteado una posible reconciliación con la ANDA, y que además había tenido una llamada telefónica con Enrique Velasco Ibarra, quien era secretario particular del entonces presidente Luis Echeverría Álvarez, para ver la posibilidad de una entrevista con el primer mandatario y plantearle la situación que prevalecía en el me-
dio artístico.
También lee: Juanga, María Félix, Elba, narcos... espiados por gobiernos del PRI
Ante esto, al tomar la palabra La Tigresa manifestó que “no se pueden aceptar las presiones que ejercen por todos lados en el sentido de que si el presidente de la República nos jala las orejas o si Fidel Velázquez, secretario general de la CTM (Confederación de Trabajadores de México), no nos deja registrar nuestro sindicato, nos vamos a desbaratar.
“No debemos de aceptar por ningún motivo que por un dedazo del gobierno ‘nos disolvamos’, ya que las autoridades son observadoras y mediadoras en este problema, y no podemos aceptar recomendaciones de ninguna especie”.
Espionaje a firma de libros
En el último reporte, fechado el 18 de julio de 1978, se indica que en la Feria Metropolitana del Libro, que se realizaba dentro del pasaje Pino Suárez, dentro de la estación del Metro Zócalo, Irma Serrano fue vigilada mientras autografiaba ejemplares de su libro A calzón amarrado, en el cual se detallan momentos de la relación que tuvo con el expresidente Gustavo Díaz Ordaz, y que se anunciaba como “el libro de más venta en México”.
“Dicha persona está en la entrada que está a la altura de la calle de El Salvador y Pino Suárez, y se sabe que se retirará de ese lugar a las 19:00 horas. Hasta las 18:14 horas, la señora Irma Serrano continúa en dicho lugar autografiando el libro antes mencionado”, señala el reporte de inteligencia.
Como anexo del reporte se adjuntó una fotografía de la actriz autografiando libros.