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El exauditor Superior de la Federación Juan Manuel Portal aseguró que el mayor ente fiscalizador del país está involucrado en un asunto gravísimo por los errores en el informe individual de los sobrecostos del aeropuerto, y su sucesor, David Colmenares, puso a la institución en una situación muy delicada, con lo que su credibilidad ahora está en entredicho.
En entrevista con EL UNIVERSAL, Portal dijo que Colmenares, actual titular de la ASF, debe limpiar la imagen de este órgano autónomo.
Sugirió que debe renunciar porque nadie va a creer a sus informes y puede caer en un conflicto de intereses por si no dice lo que le guste al Ejecutivo.
Dijo que sí ve una andanada de parte del gobierno federal contra los órganos autónomos y lo que está ocurriendo con la ASF es el complemento de lo que pasaba, por lo que la situación se presta perfectamente para seguir atacándolos. Portal recordó que cuando fue electo su sucesor alertó que no tenía experiencia en auditorías.
Sobre si hay una presión del Presidente hacia la ASF, dijo: “Lo que se ve no se juzga”.
—¿Cómo ve la actuación de la Auditoría?
—El asunto está gravísimo. El auditor puso a la institución en una situación muy delicada, ahorita está en entredicho. Yo sí recomiendo que no nos anclemos nada más en este informe, yo creo que hay muchos resultados de otras auditorías en donde conviene, a quienes les interesa y están cerca de este tema, que revisen otros informes y van a ver que hay resultados muy importantes, no es conveniente descalificar a una institución por un resultado.
Ahora, las normas de auditoría, que son las que rigen al Sistema Nacional de Fiscalización, y por lo tanto al Sistema Nacional Anticorrupción, que aunque no funciona, ahí están las normas y hay que acatarlas, están basadas en las normas internacionales de instituciones superiores de auditoría y [cabe] señalar que lo que se requiere es que tengan estas instituciones, estos órganos, autonomía técnica y de gestión para lograr tener una independencia de los entes auditados. La independencia es para que no haya limitaciones en cuanto a su alcance, metodología y reporte de los resultados, y para que la independencia se haga efectiva. Los titulares de los entes auditores, del órgano de fiscalización, son responsables de lo que se diga en nombre de la Auditoría o de la institución, es decir, desde la planeación, programación, ejecución, el informe y el seguimiento de resultados.
Me pregunta cuál es la situación. Pues el auditor es el que tiene que hacer frente a esto, limpiar la imagen de la Auditoría Superior. La confianza se construye con mucho cuidado durante mucho tiempo, con responsabilidad y consistencia, y se pierde la confianza de la sociedad en una decisión como esta en cualquier momento, como está ocurriendo ahorita.
—¿Qué está pasando
—¿Qué está pasando? El propio Presidente dijo hoy que es falso lo que se está manejando, lo que dice la Auditoría Superior, que es politiquería, que lo están metiendo en un problema para beneficiar a sus adversarios. Esto es descomunal porque en los años anteriores, por lo menos a los dos presidentes que me tocaron a mí, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, lo que hacían al entregarles el informe de la Auditoría Superior, a través de la Cámara de Diputados, enviaban una carta u oficio a todos los entes auditados a que acataran lo que dice la Auditoría Superior; ahora es al revés, ya Claudia Sheinbaum [jefa de Gobierno] también señaló que lo que dice la Auditoría no es correcto, y sí seguimos así pues que la desaparezcan, lo cual obviamente no va a pasar, habrá que desaparecer a quienes sean responsables.
—¿Un Poder Ejecutivo puede presionar a un órgano autónomo como la ASF?
—Puede pero no debe, y ocurrió, está a la vista de todos, como dirían: ‘lo que se ve no se juzga’. En cuanto el Presidente dijo algo hubo una reacción de allá [Auditoría Superior)] retractándose. Puede, pero no debe, ahora que sí puede pedir que el coordinador de la Cámara de Diputados, que es la Comisión de Vigilancia, haga una revisión, y para eso están.
—¿Por qué usted sí renunciaría a la Auditoría?
—Porque estoy dejando un entredicho terrible. Imagínense que siga el auditor, ¿quién va a creer en los informes que presente? Si lo hace con cierto temor de si lo van a regañar se siente una dependencia muy mala. A mí me parece que el Presidente exagera al desacreditar a la Auditoría Superior en cuanto señalar que es falso lo que dice la Auditoría Superior. La verdad es que le quita un respaldo para que haga su trabajo, debería ser más solidario y no meterse y dejar que se analice, no él.
—¿Tendría que renunciar?
—Yo pienso que sería lo más correcto, lo más conveniente, pero no puedo opinar por él.
—¿Ve una andanada del gobierno federal contra los órganos autónomos?
—Sí, este es un complemento de lo que estaba pasando, se presta la situación perfectamente para seguir atacándolos.
—¿Dobló el Presidente al auditor Colmenares?
—Yo lo que digo es que lo que se ve no se juzga.
—¿Le ve futuro a que siga existiendo la ASF?
—Sí, claro, debería mejorar. Esto es un caso, es único, no es común. En México nunca había pasado, en otros países medio tercermundistas puede suceder, en donde hay una presión por parte del Ejecutivo hacia la Auditoría que en ocasiones parte depende el Ejecutivo y la mayor de los casos depende de los Congresos estatales.