En 2017 Daniel fue diagnosticado con el . En ese entonces la noticia no le generó un impacto emocional negativo, pues, comenta, la falta de protección en sus encuentros sexuales era un factor que tomó en cuenta para que la noticia no le cayera por sorpresa: “A mí antes me daba igual con quién me metiera, sin protección, por esa razón no me pesó tanto el diagnóstico”, recuerda.

En un primer momento se dijo a sí mismo que “no por llorar o por enojarme se me va a quitar” la enfermedad; al contrario, en el Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención del Sida e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS) de Ecatepec, de donde es originario, buscó el asesoramiento para dar paso a la adherencia a la terapia antirretroviral (TAR), que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) define como “el tratamiento de las personas infectadas con VIH con fármacos que logran la supresión de la replicación del virus”.

La historia de Daniel y el VIH: una vida sexual posible
La historia de Daniel y el VIH: una vida sexual posible

“Tengo el diagnóstico desde hace tiempo, te doy el tiempo que necesites para decidir seguir con la relación o quedarnos como amigos”, le confesó a través de un mensaje de audio en WhatsApp. “Sí lo pensé mucho, me atraía. Me dije: ‘Si no le digo, es mentirle y sería contraproducente’, así que tomé al toro por los cuernos; yo estaba nervioso, me aguanté las ganas de llorar”.

Elías, quien apenas alcanza la mayoría de edad, narra que la noticia lo golpeó momentáneamente. “Nunca imaginé estar en este punto. Al principio se me complicó bastante. A mi edad no te enseñan lo necesario para saber de la enfermedad, te la describen pero de una forma negativa. En la parte familiar nunca se tomó en consideración el tema sexual, no había información de ningún lado.

A punto de iniciar su vida universitaria, Elías explica que siempre hizo uso del condón al tener encuentros sexuales. En este tiempo con Daniel, esa idea se ha reforzado e incluso ha dado paso no sólo a ilustrarse más sobre el tema, pues además es promotor de ayuda y acompañamiento para compañeros que pudieran verse en su misma situación o que hayan sido diagnosticados con este virus.

“Es poco tiempo [de relación], pero ha sido de suma importancia adquirir tanta información, ha cambiado mi forma de pensar. Ya sé cómo cuidarme, que esto [la pandemia por VIH-sida] es una realidad, [sé] cómo puedo afrontarlo en caso de contraerlo”.

Luego de dar seguimiento a su terapia antirretroviral, Daniel se encuentra como positivo no detectable, que a decir de la ONUSida se trata de una persona portadora del VIH y cuya carga viral está en un nivel de supresión que llega a ser intransmisible, dicho estatus se conoce a través de análisis que precise el conteo del virus en la sangre. La Ssa refiere que al corte del 30 de junio de este año, existen 204 mil 656 personas en TAR en México en todas las instituciones del sector Salud.

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