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Desde que se creó el Instituto Federal Electoral (IFE) en 1990, la legislación electoral estableció que el máximo órgano de dirección de la autoridad electoral sería su Consejo General. Con la reforma en materia político electoral del 2014, y con una nueva Ley electoral se creó el Instituto Nacional Electoral (INE) a la que se le dieron más de 70 nuevas atribuciones en comparación con el otrora IFE, y que de nueva cuenta quedo establecido que las decisiones más importantes sobre la organización y desarrollo de las elecciones se acordarán a través de su Consejo General.
Este órgano se integra por consejeras y consejeros electorales, por consejeras y consejeros del Poder Legislativo y por representantes de los partidos políticos con registro nacional.
En este órgano colegiado se presentan desde informes hasta proyectos de acuerdo que son analizados, discutidos en máximo tres rondas de participación y son votados por las y los consejeros electorales que son los únicos que poseen voto; el resto de los integrantes del Consejo solo cuentan con voz.
Bajo este contexto, es importante señalar que los acuerdos tomados por el Consejo General marcan el rumbo que las elecciones deben seguir de acuerdo con la Constitución, con las leyes relacionadas en materia electoral, así como observando las resoluciones y jurisprudencia que emite el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Justamente por tan importante responsabilidad, el Consejo General se reúne en una mesa en forma de herradura que se ha denominado la “Herradura de la Democracia”. Y no es para menos ya que en esta instancia se discuten las directrices sobre las elecciones federales y, también las que corresponden a las elecciones locales en coordinación con los Organismos Públicos Electorales Locales.
Asimismo, las sesiones del Consejo General son públicas, se transmiten por YouTube y sus principales acuerdos o informes vistos son informados a la ciudadanía en general a través de la página web del INE y en sus distintas redes sociales, lo que genera un indicador de transparencia, tal cual exige todo sistema democrático.
Bajo este contexto, el Consejo General constituye el centro de análisis, de la deliberación argumentativa para alcanzar la mejor dirección que se requiere para fortalecer nuestra democracia.
A lo largo de la historia se han dado fuertes e importantes debates en la Herradura de la Democracia, pero ha sido de manera general, discusiones que, si bien encontradas o totalmente opuestas, se esgrimen respetando la reglamentación interna del INE, es decir, sin arrebatos, sin hacer a un lado a la autoridad electoral o, incluso, sin mostrar expresiones que son impropias y hasta de falta de respeto para todas las autoridades que están presenten en la Herradura de la Democracia, para los medios de comunicación que siguen y cubren dichas sesiones del Consejo General, así como para la ciudadanía que sigue las transmisiones por medios electrónicos.
Hoy la Herradura de la Democracia se ha convertido en un “Circo”, gracias a algunos representantes de los partidos políticos que no respetan las disposiciones normativas del INE para hablar en su oportunidad, replicar en su momento y presentar argumentos sólidos a la discusión.
Hace falta recobrar la dirección del Consejo General del INE, y la única forma es teniendo dirección, fuerza para hacer valer la Ley y la normatividad interna del INE, así como generar los consensos suficientes para avanzar por la lucha de nuestra democracia.
Si no se logra, no solo el INE estará claudicando en sus funciones, estaremos permitiendo que el caos se apodere del máximo órgano de dirección del INE.
Recuperemos el nivel de nuestra Herradura de la Democracia, no es un circo, es como en algún momento lo refirió la consejera electoral Carla Humphrey, el espacio de intercambio de opiniones, de argumentación o de señalar inconsistencias, pero, con el respeto a la institución y a los integrantes del Consejo General y a nuestra democracia.