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La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) informó del fallecimiento de la luchadora social, Rosario Ibarra de Piedra a los 95 años de edad, madre de la titular de dicho organismo autónomo.
La activista murió la mañana de este sábado, en la ciudad de Monterrey, confirmó la CNDH en su cuenta oficial de Twitter.
En tanto, el presidente Andrés Manuel lópez Obrador dijo que era una "mala noticia el fallecimiento de Ibarra de Piedra" a quien recordará siempre por el profundo amor que le tenía a sus hijos.
¿Quién era Rosario Ibarra de Piedra?
Su actividad política comenzó en 1973, cuando su hijo Jesús Piedra Ibarra fue acusado de pertenecer a un grupo armado de orientación comunista, la Liga Comunista 23 de Septiembre.
Jesús Piedra desapareció en 1974, cuando fue detenido por las autoridades tras el asesinato del policía Guillermo Villarreal Valdez.
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A partir de entonces, Rosario Ibarra inició un largo peregrinar en las instituciones gubernamentales demandando información acerca del paradero de su hijo, que hasta la fecha no se ha esclarecido. Jesús Piedra es considerado víctima de la desaparición forzada de personas que habría llevado a cabo el gobierno de México en las décadas de 1960 y 1970.
El 17 de abril de 1977 fundó el Comité Pro Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos (más conocido como el Comité ¡Eureka!), que reúne a varias familias de personas desaparecidas o presas durante los sexenios de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez. Hasta la fecha, Rosario Ibarra era la representante de los reclamos hacia los gobiernos mexicanos represores de ese entonces.
También formaba parte de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos-Desaparecidos (Fedefam).
Foto: Archivo EL UNIVERSAL
En 1982, fue candidata a la Presidencia de la República por el desaparecido Partido Revolucionario de los Trabajadores. Fue diputada por ese partido, y en 1988 nuevamente alcanzó la candidatura a la presidencia de la República.
El fraude electoral de 1988 y Rosario Ibarra de Piedra
“Estoy convencido del triunfo de mi partido. El mundo tendrá que reconocer este ejemplo que dieron los mexicanos en esta jornada democrática, al acudir a las urnas y conservar la paz y la tranquilidad”, afirmó el candidato del PRI, Carlos Salinas de Gortari, el 7 de julio de 1988.
A las 3:10 de la mañana Jorge de la Vega Domínguez, presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, había proclamado el triunfo de Salinas. “México triunfó y dio a Carlos Salinas de Gortari una victoria contundente, legal e inobjetable”, dijo De la Vega.
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El triunfo del priísta aquel 1988 fue muy cuestionado. Hace 30 años no existía un órgano político independiente del gobierno que organizara las elecciones y realizara el conteo de votos. El encargado de dicho proceso era la Comisión Federal Electoral (CFE) y su presidente el secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz.
El 6 de julio de 1988 millones de mexicanos acudieron a emitir su voto. El nivel de participación fue de 50.4%; sin embargo, el resultado de las elecciones de Presidente de la República, senadores, diputados y asambleístas no se dio a conocer esa noche, sino hasta una semana después, lo que despertó muchas especulaciones.
Los primeros resultados debieron comenzar a aparecer en las pantallas del Registro Nacional de Electores hacia las 19:00 horas del 6 de julio, pero esto no ocurrió. Uno de los comisionados ante la CFE informó que el sistema de cómputo se había “caído” y que el presidente de ésta había planeado una reunión con la Secretaría Técnica para corregir la falla.
Foto: Archivo EL UNIVERSAL
La misma noche de la jornada electoral los partidos denunciaron que no tuvieron acceso verdadero a los centros de cómputo. Los candidatos presidenciales Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel J. Clouthier y Rosario Ibarra acudieron a las oficinas de la Secretaría de Gobernación para denunciar anomalías en los comicios.
En los días posteriores, los candidatos se unieron para denunciar un fraude electoral y realizaron varias protestas. Ante la ola de críticas por el retraso de los resultados, el 10 de julio la CFE publicó un desplegado en los diarios nacionales dirigido a la opinión pública sobre el procedimiento de escrutinio y cómputo de las elecciones que se llevaron a cabo.
Ante la CFE fueron denunciadas múltiples irregularidades registradas en la jornada del 6 de julio, entre ellas duplicación de credenciales electorales, repartición anticipada de boletas electorales ya cruzadas en favor del PRI, entre otras. Sin embargo, el 7 de julio, la PGR informó que había recibido en sus oficinas instaladas en todo el país, sólo ocho denuncias formales por hechos considerados delitos cometidos durante el proceso electoral.
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El 13 de julio, al concluir el cómputo de los 300 comités distritales a nivel nacional, la CFE informó que la mayoría de los votos emitidos en la elección para Presidente de la República correspondían a Carlos Salinas de Gortari (PRI), quien obtuvo el 50.36% de los votos, frente a un 31.12% de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, del Frente Democrático Nacional (PMS, PFCRN, PPS y PARM); el 17.07% fueron para Manuel J. Clouthier, Maquío (PAN); el 1.04%; para Gumersindo Magaña Negrete (PDM); y 0.42% para Rosario Ibarra de Piedra (PRT).
El presidente de la CFE y secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz, solicitó a todos los partidos políticos aceptar el mandato de la voluntad popular.
Décadas después, al ser cuestionado por lo tardío de los resultados Bartlett declaró: “Es un absurdo decir que se alteraron las computadoras. Que venía ganando Cuauhtémoc Cárdenas, que yo apagué la computadora y la prendí cuando empezó a ganar el PRI; eso es un cuento de hadas. Tenían toda la intención de echarme a mí toda la culpa, después de una elección complicada. Era yo el chivo expiatorio de una campaña sucia”.