Juan Ferrer Aguilar y Andrés Manuel López Obrador no sólo comparten su origen tabasqueño, sino la firme creencia de que el Seguro Popular implementado durante el sexenio de Vicente Fox, “ni es seguro, ni es popular”.
Con una formación en Administración de Empresas y una trayectoria dedicada a la Antropología e Historia, Ferrer Aguilar llegó al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) envuelto en críticas por carecer de experiencia en el sector Salud; sin embargo, asegura que su misión es que los casi 70 millones de mexicanos sin seguridad social tengan acceso a la salud, a una atención de calidad y cálida, además de instalaciones dignas.
En su juventud, Ferrer Aguilar estudió en la Universidad Olmeca y en el Instituto Tecnológico de Tabasco, ahí se preparó como administrador de empresas.
A su egreso, se desempeñó como subdirector del Centro INAH en Chiapas, después se convirtió en director de la zona arqueológica de Tajín, Veracruz, y su labor era conservar y proteger el patrimonio histórico, arqueológico y antropológico de México, en éstos ámbitos fue donde obtuvo más conocimiento.
Ferrer Aguilar no ha estado tan alejado del sector social ni de las necesidades de la gente, en 2016, en su ciudad natal ocupó la Dirección del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) municipal.
Ahora, en la página Nómina Transparente de la Administración Pública, su cargo aún aparece como comisionado Nacional de Protección Social en Salud, con un sueldo de 97 mil pesos mensuales.
Aunque no ha sido un hombre dedicado a la salud, Ferrer Aguilar no quiere decepcionar a su paisano; al final, es administrador y entre sus tareas está decidir en qué y cómo ejercer el presupuesto autorizado al Insabi, así como lograr que los recursos sean suficientes, que se usen en las necesidades de la sociedad y abatir la corrupción, lo que lo convierte en pieza clave de la 4T.