Betzabeth Martínez Gutiérrez, originaria de la comunidad indígena zapoteca ubicada en Santiago Matatlán, Oaxaca, egresada de la , fue seleccionada para participar en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

“Ser mujer y ser mujer indígena es resistir doblemente, y creo que nosotras nos enfrentamos a un reto muy grande al querer salir de nuestras comunidades y acceder a una educación universitaria”, compartió.

Uno de los sueños de Betzabeth era ganar la beca desde hace tiempo, recordó que fue un proceso largo.

En enero fue preseleccionada para una entrevista, en marzo del presente año recibió la noticia a la una de la mañana, a través de un correo, se emocionó mucho.

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De los 12 jóvenes latinoamericanos seleccionados para esta ocasión, cuatro fueron de Brasil, los demás de diferentes países, de México ella fue la única ganadora.

“Yo no imaginaba que lo lograría, fueron muchos sentimientos encontrados, desde felicidad hasta miedo porque es un reto representar a México en las Naciones Unidas, pero sobre todo la satisfacción por el esfuerzo que tuvo su recompensa”, externó.

Aunque no participan en las negociaciones, tienen la oportunidad de pronunciar un discurso. En este caso, Betzabeth habló sobre la justicia climática y los pueblos indígenas frente al cambio climático.

“El objetivo es visibilizar a los pueblos indígenas y afrodescendientes en este tipo de espacios”, recalcó.

Además, se observó el acuerdo al que llegan todos los países, el proceso y cómo funciona.

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Esta es la segunda edición de la beca; a futuro se planea que haya más para que puedan incluir a más jóvenes en eventos climáticos internacionales.

Betzabeth reiteró que las comunidades indígenas afrontan las consecuencias directas del cambio climático porque están muy apegadas a la naturaleza.

Sobre todo, las mujeres son las primeras en vivir las consecuencias.

“El género femenino siempre ha tenido el rol de ser partera o curandera, pero además se dedican a elaborar el mezcal, una bebida alcohólica que actualmente tiene un reconocimiento amplio tanto a nivel nacional como internacional. Se trata de un proceso artesanal, desde la siembra en los campos del cultivo, hasta la venta”, agregó.

Actualmente, se enfrentan a una crisis porque hay demasiado agave, pero no hay ventas. Además, debido a las sequías, este año hubo varios incendios forestales en toda la zona del Valle Central de Oaxaca, que acabaron con varias especies de plantas y animales, incluso algunas que estaban en peligro de extinción.

Desgraciadamente, contó la egresada de la UNAM, algunas personas perdieron la vida al tratar de sofocar los incendios.

Las que han dedicado su vida a la siembra del maguey y maíz se han visto afectadas por el cambio climático. Además, a las parteras y curanderas se les ha complicado la siembra de las plantas que utilizan.

“Sin darse cuenta, las mujeres han liderado para salvaguardar los ecosistemas y las comunidades indígenas”, expresó sobre el papel del género femenino en su comunidad.

Desde pequeña, Betzabeth quería estudiar en la UNAM. Cuando realizó su examen y se quedó, cumplió su sueño de ser la primera mujer universitaria de su familia.

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