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Tijuana.— El empresario de medios de comunicación Jaime Bonilla Valdez se convirtió ayer en gobernador electo de Baja California.
El representante de la coalición Juntos Haremos Historia cumplirá 69 años el próximo 9 de junio. Su figura ha sido polémica, toda vez que se le acusa de no haber renunciado a su nacionalidad estadounidense, de tener en su equipo de campaña a personas de dudosa reputación, así como de falta de claridad en la adquisición que hizo de una cadena de televisión en el estado.
Su perfil y equipo lo colocan como un personaje con dos caras frente a los bajacalifornianos, advierte el politólogo Benedicto Ruiz Vargas.
Por una parte ha sido uno de los principales impulsores de la llamada Cuarta Transformación, incluso cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador apenas era candidato.
Como cabeza de Morena, en 2016 coordinó la campaña presidencial en la entidad bajo la promesa de atender a la población más vulnerable.
Sin embargo, Bonilla Valdez no emergió de la clase que ha prometido defender. El ser dueño de un canal de televisión local le permitió mezclarse y posicionarse entre la opinión pública.
Fue diputado federal de la 62 Legislatura, donde presidió la Comisión de Asuntos Frontera Norte. También fungió como senador, durante casi cuatro meses, en la 64 Legislatura.
Su militancia política ha sido en el Partido del Trabajo y Morena; sin embargo, su cercanía con personajes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) también lo vincula con los gobiernos del tricolor.
“Estamos ante lo peor de la escena política, porque representa lo peor del viejo PRI. [Jaime Bonilla Valdez] es un personaje oscuro que es vinculado a otros con un pasado peor, a quienes les antecede la corrupción como historial dentro de su paso por la clase política del país en nuestro estado”, lamentó Ruiz Vargas.
Bonilla Valdez encabeza la coalición Juntos Haremos Historia, conformada por Morena y los partidos del Trabajo, Transformemos y el Verde Ecologista, el cual, históricamente, se había aliado con el tricolor. Sin embargo, ahora no sólo se le suma este organismo, sino cientos de simpatizantes que renunciaron al PRI, quienes se integran al movimiento del morenista.