Ciudad de México
.- Isidoro Velasco espera noticias de su sobrino Enrique , quien llegó al Hospital Magdalena de las Salinas con 95% de su cuerpo quemado por la explosión de una toma ilegal de combustible en Tlahuelilpan, Hidalgo . De morir, sería el tercero en la familia Hidalgo Velasco.
Con la voz entrecortada, el hombre que se dedica al campo reconoce que él y sus sobrinos sabían que acarrear gasolina en tambos era peligroso, pero su necesidad fue más grande. “Estábamos conscientes de que era un riesgo jugar o estar enfrente de la gasolina, pero no imaginábamos que esto llegaría a una gran explosión que acabaría con muchas vidas”.
Las manos de Isidoro no dejan de jugar con una bolsa con restos de comida, al tiempo que insiste en que el desabasto de combustible y su elevado costo orillaron a muchas personas a llegar al ducto perforado para llevarse uno o cinco litros.
“La necesidad de tener ese líquido nos llevó ahí. Mucha gente perdió la vida a causa de la necesidad, eran campesinos igual que yo y nosotros para poder trabajar requerimos del líquido, ahorrar es nuestra mayor prioridad y por eso fuimos por unos litros, ahora muchas familias en Teltipán de Juárez han fallecido a causa de eso”.
Este día ha sido de malas noticias para los Hidalgo Velasco. Por la mañana le hablaron a la hermana de Isidoro para informarle que el ADN de uno de los cuerpos no identificados fue compatible con el de ella y su esposo.“Se llamaba Mario, ayer no lo encontrábamos y le hicieron pruebas de ADN a sus papás, hoy nos dijeron que ya estaba identificado, ayer fue su cumpleaños”.
Antes de mediodía les dijeron que otro de sus sobrinos que estaba internado en Zumpango también falleció, “ya está en su casa, descansando”.
La tarde del viernes, Isidoro y sus familiares recibieron mensajes de texto en los que les avisaban que había una fuga de gasolina en Tlahuelilpan y que habitantes de zonas cercanas estaban llegando con bidones y cubetas.
“Ahí nos comunicaron los vecinos y amigos que estaban regalando la gasolina y pues nos fuimos, yo me dedico al campo y doy gracias porque pude salir antes del suceso. Me retiré y explotó unos 15 o 20 minutos después, cuando regresé había un olor muy fuerte e insoportable y estábamos a 120 o 100 metros, esa fue una seña de que ya estaba al borde de la explosión”.
A la mamá de Enrique le informaron en terapia intensiva que su hijo tenía quemaduras graves y que el 95% de su cuerpo estaba lesionado. “Mi sobrino tiene como 28 años, es joven, apenas me dijo mi hermana que sus quemaduras también son internas y le dañaron los riñones, eso es lo más grave”.
Isidoro
espera que el estado de salud de su sobrino mejore, pide al gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador que ponga atención en sus historias y asegura que no son ladrones, que sólo buscaron una oportunidad de ahorrar.
“Todos querían llevar gasolina para sus vehículos porque hasta ese día había desabasto en esa zona, muchos no encontraron gasolina a ningún precio, lo que ha hecho el gobierno está bien, pero solo le digo al Presidente que para nosotros que trabajamos el campo es imposible pagar la gasolina a un precio tan caro, es una injusticia, pienso que deberían bajar el precio”, dice mientras espera que le den acceso al interior de la clínica para poder acompañar a su hermana.