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Zumpango, Méx.— Como si hubiera sido un guion, todo salió a pedir de boca para el presidente Andrés Manuel López Obrador en la ceremonia de inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), la primera gran obra en su gobierno.
En las instalaciones aeroportuarias todo fue apapachos, aplausos, porras, felicitaciones y reconocimientos de prácticamente todos los sectores al Presidente: desde empresarios, gobernadores de oposición y hasta del embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar.
En el que algunos no dudaron en llamar “el Día del Presidente”, mil 400 invitados de todos colores se dieron cita para alabar el complejo y, como si fuera un mitin, las consignas de invitados no se hicieron esperar a su llegada, acompañado por su esposa Beatriz Gutiérrez Müller: “¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo!”.
Una integrante del gobierno federal no dudó en señalar a su acompañante que el Presidente “se veía feliz, feliz, feliz”.
El buen día del presidente López Obrador inició desde temprano, cuando cumplió su promesa de que llegaría en 40 minutos al AIFA ante las críticas por posibles retrasos en vialidades inconclusas. Lo hizo en 38 minutos. El naciente sol que se veía desde los espejos del nuevo aeropuerto pintaba un día tranquilo que daba la bienvenida a la primavera y al aeropuerto.
A las 09:55, el empresario Carlos Slim pisó el suelo del AIFA y, a pregunta expresa de la prensa que logró colarse a la zona VIP de la ceremonia de entrega y recepción del aeropuerto, no dudó en calificar a este como “espectacular” y destacó el tiempo invertido en su construcción.
“Es una construcción espectacular, en un tiempo extraordinario”, dijo el empresario mientras buscaba dónde sentarse.
Alguien que quiso pasar inadvertido y con bajo perfil, pero no se quiso perder la oportunidad de presenciar este acto, fue el general Salvador Cienfuegos Zepeda, extitular de la Sedena, en una de sus pocas apariciones públicas tras su detención y posterior liberación luego de ser acusado por el gobierno de Estados Unidos de presuntos nexos con el narcotráfico.
Carlos Hank González, presidente del Grupo Financiero Banorte, fue otro empresario que manifestó su agrado por la obra, y no dudó en llamarla “impresionante” y “espectacular”.
Enrique Alfaro (MC), gobernador de Jalisco, también se hizo presente en el festejo y, como si no bastara con su presencia, para mostrar su respaldo a la magna obra llegó y se retiró en los vuelos inaugurales Guadalajara-AIFA y AIFA-Guadalajara.
El gobernador anfitrión, el priista Alfredo del Mazo, primo del expresidente Enrique Peña Nieto, quien apostó al fallido aeropuerto en el Lago de Texcoco, llamó al AIFA la obra de infraestructura más importante en México en lo que va del siglo.
