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Al ofrecer una visión general del presupuesto 2019, el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, señaló que entre los gastos “que no se pueden tocar” está el pago de un billón 252 mil millones de pesos para nómina y servicios personales, así como 725 mil millones para intereses de la deuda, que son, dijo, “otra manchita más al tigre neoliberal”.
También señaló que entre los recursos comprometidos en el próximo paquete financiero está el designado para estados y municipios, a los que se entregarán 703 mil millones de pesos, mientras que para los adeudos de ejercicios fiscales anteriores se asignarán 36 mil millones de pesos.
Aunado a ello, pensiones y jubilaciones costarían al próximo gobierno alrededor de 928 mil millones.
Cabe destacar que, según las cifras del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) de 2018, consultados en la página de la Secretaría de Hacienda, se asignaron 808 mil 628 millones de pesos para servicios personales, rubro que comprende percepciones ordinarias de los servidores públicos, así como erogaciones de seguridad social y fiscales inherentes.
Ayer, en un video publicado en sus redes sociales, en el que detallaba los avances del presupuesto 2019, López Obrador dijo que para el siguiente año destinará 1 billón 252 mil millones de pesos para los servicios personales. Es decir, un aumento en ese rubro de más de 443 mil millones de pesos respecto al actual ejercicio 2018.
“Esto también se tiene que tomar en cuenta, no se puede reducir más, ya está justo”, afirmó el mandatario electo. Sin embargo, no aclaró por qué el aumento al gasto en servicios personales.
El morenista detalló que Carlos Urzúa, próximo secretario de Hacienda, y Gerardo Esquivel, futuro subsecretario de Egresos, le presentaron el cálculo de los egresos fijos o intocables para el Presupuesto de Egresos de la Federación 2019.
Detalló que en el presupuesto del próximo año, el gasto intocable será de 3 billones 608 mil millones de pesos, que está relacionado al gasto por los intereses de la deuda, pensiones y la nómina de servicios personales.
Por ejemplo, para los intereses de deuda del próximo año, López Obrador prevé pagar 725 mil millones de pesos, “otra manchita más al tigre neoliberal”.
“Ya nada más estoy ajustando lo que es gasto de operación, subsidios y el gasto de inversión, pero ya estoy por terminar, a eso me estoy dedicando ahora, ya para el fin de semana tenerlo listo en lo general y luego, ya que los técnicos [trabajen] en lo particular, yo ya tengo el marco básico de la clasificación económica del presupuesto, así voy a terminar la semana”, dijo.
Asimismo, una de las fórmulas esenciales que aplicará el próximo Presidente consistirá en acciones de austeridad republicana, como poner en venta o renta la flotilla aérea del gobierno y eliminar privilegios, como seguros médicos para altos funcionarios, pensiones a ex presidentes y oficinas en el extranjero, así como la considerable reducción de la estructura burocrática.
A ello se suma la próxima presentación al Congreso de la Unión de la iniciativa para un plan de austeridad republicana.
“No vamos a endeudar más al país, no va a aumentar la deuda en términos reales. No vamos a aumentar impuestos en términos reales, no se crearán nuevos impuestos, no habrá gasolinazos, sólo se va a agregar el componente de inflación, pero no aumentará en términos reales el precio de la luz, el gas, el diesel, las gasolinas”, indicó.
Algunos de los gastos ya presupuestados por el próximo gobierno son la pensión a adultos mayores, con una inversión de 120 mil millones de pesos al año; becas a discapacitados de bajos recursos, que significarán un gasto de 12 mil millones de pesos; becas para estudiantes de nivel básico, primaria, secundaria de 35 mil millones de pesos, entre otros.
