Durante 17 días, Manuel Nolasco fue testigo de la guerra que personal médico enfrenta contra el . Internado en el Hospital General Regional 1 Dr. Carlos MacGregor Sánchez Navarro, del IMSS, presenció la muerte, el terror, la angustia e incertidumbre de cientos de pacientes, que al igual que él, dieron positivo al virus y tuvieron complicaciones, pero también atestiguó el amor, la dedicación y la calidad humana con la que profesionales de la salud cumplen con su deber.

“No me lo platicaron, yo lo vi, la pandemia está en lo más alto y parece que no hay quien se pueda salvar, los médicos están en una guerra ante una realidad que los ha rebasado porque los hospitales están saturados, su labor es titánica y no tengo más que agradecimiento para cada uno de ellos que arriesga su vida por salvar la nuestra”, dice.

Desde las entrañas de uno de los hospitales ubicados en el epicentro de la pandemia, el hombre de 62 años temía no regresar con sus seres queridos. Para entonces, su esposa también estaba internada en un hospital particular y su hija, de 32 años, tenía un par de días como paciente del Hospital Covid del 81 Batallón de Infantería de la Sedena.

“Soy diabético, hipertenso, considerado adulto mayor, pensé que no saldría vivo. Cuando me internaron, mi esposa seguía enferma de gravedad en una clínica privada y días atrás tuve que llevar en brazos a mi hija a un hospital de la Sedena porque también tuvo complicaciones por Covid. Entré a Urgencias y lo primero que vi fue las camas llenas, en 24 horas nueve personas murieron, es traumático”, relata a EL UNIVERSAL.

Internado por Covid, vive el miedo de pacientes y el amor de los médicos
Internado por Covid, vive el miedo de pacientes y el amor de los médicos

Su hija de 32 años fue la segunda en ser hospitalizada por Covid-19, “la llevé en mis brazos al hospital de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que está en la salida a Cuernavaca y aunque es joven estuvo internada nueve días, esta enfermedad no es una broma, es algo realmente grave y no distingue entre jóvenes y adultos”, señala Manuel.

El tercero en ser hospitalizado fue Manuel: “Fue un peregrinar”, recuerda. La primera unidad que visitó acompañado de su hijo de 20 años fue el Centro Médico Nacional Siglo XXI del IMSS: “No me aceptaron y fueron muy déspotas”, después fue al hospital habilitado en el Autódromo Hermanos Rodríguez y tampoco.

“Así llegué al hospital de Gabriel Mancera, así se le conoce y al principio no me querían recibir, pero cuando lo hicieron, la atención fue de primer nivel. Sí hay carencia de medicamentos, de insumos, pero no porque el personal quiera, sino porque hay muchos hospitalizados y aun así, enfermeras, médicos, camilleros y laboratoristas son muy comprometidos, muy humanos, no es algo que me platicaron, yo estuve ahí”, narra.

Manuel habla con pausas. Pese a que lleva tres días sin requerir oxígeno y sus niveles están arriba de 90, le cuesta trabajo hablar sin sofocarse.

“Prácticamente estuve sedado ocho días, con pesadillas y cuando desperté batallé mucho para poder comunicarme con mi familia, a mis hijos no les daban razón de mí y tuve que pedirle su teléfono a una enfermera para poder decirles que ya estaba mejor, para que supieran que no había fallecido, esa fue otra falla, ojalá las autoridades del Seguro Social pongan más atención porque es muy feo que tus seres queridos no tengan noticias”, comenta.

Ante el incremento en la intensidad de la pandemia, Nolasco pide a los mexicanos no bajar la guardia y extremar precauciones, invita a la sociedad a ser más consciente del trabajo que realiza el personal médico: “Cuando me dieron de alta me pusieron un equipo de protección como usan los médicos, sentí que me asfixiaba, realmente no hay manera de que sientas aire fresco y no sé cómo los profesionales aguantan, por eso le pido a la población que traten de cuidarse, de no ir a tianguis, de no tener reuniones familiares, al rato, aunque en los hospitales quieran recibir pacientes, no habrá manera, parece que no valoramos al personal médico que también está muriendo, están al frente de esta batalla y cada día están entre la vida y la muerte”, subraya.