, hostigamiento académico y violencia física y sicológica son los ultrajes más comunes que alumnas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN) padecen al ser molestadas.

En un sondeo hecho por EL UNIVERSAL en Ciudad Universitaria, las Facultades de Estudios Superiores Aragón y Acatlán de la UNAM, y en la Unidad Adolfo López Mateos del IPN, las estudiantes revelaron que el hostigamiento viene de profesores, compañeros de clase y trabajadores de las instituciones, como personal de limpieza, biblioteca o mantenimiento.

Acoso desde secundaria

Fernanda, quien estudia en la Facultad de Psicología de la UNAM, narró que junto a dos de sus amigas fue víctima de un profesor de la clase de Clínica, quien incluso fue boletinado en el tendedero de denuncias por hacer miradas lascivas y comentarios inapropiados a las jóvenes, pero no ha sido expulsado de la casa de estudios.

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“Nos hacía ir muy arregladas, era parte de su forma de evaluar. Pedía que las mujeres se sentaran hasta el frente en la clase, por estaturas y, en lugar de ponernos hacia el frente, nos sentaba de lado para vernos las piernas. Nos hacía miradas molestas y nos hacía comentarios sobre nuestro cuerpo y la forma en que reaccionábamos definía nuestro promedio.

“La dirección dijo que no era cierto cuando pedimos que lo cambiaran. Hay antecedentes de él en otras clases. Le ha pasado a muchas compañeras y fue uno de los profesores más señalados en el tendedero, pero ahí sigue dando clase aunque en las manifestaciones feministas se le señale de acosador”, explicó la joven en las llamadas islas de Ciudad Universitaria.

Triste, Fernanda señala que cambió su forma de vestir y hoy usa playeras más holgadas, pantalones y sudaderas para evitar que alguien la agreda nuevamente, pues reconoce que desde secundaria ha sufrido acoso sexual. “La escuela es como nuestra segunda casa, pero ya nos tenemos que cuidar aquí también”, lamentó.

“Intentó abusar de mí”

Mayra estudia Ingeniería en la Unidad Adolfo López Mateos del IPN. Sale de clases cuando la escuela ya está oscura y fue víctima de un compañero que la amenazó con abusar de ella.

“[Su agresor] era una persona con la que yo convivía casi diario y me acompañaba a tomar el camión. Nunca dio señales de ser un abusador hasta que me pidió ser su novia, porque confundió nuestra amistad, yo le dije que no, entonces intentó abusar de mí al salir tarde de una clase”.

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Espiada en el baño

En la FES Acatlán, Laura fue acosada en los baños de mujeres por personal de limpieza que se asomó por la puerta mientras ella orinaba. La estudiante de Relaciones Internacionales no supo con quién acudir para acusar al personal de limpieza, entonces dejó pasar el hecho y volvió a suceder.

“Llego muy temprano a mi clase de las siete. Antes de entrar paso al baño. Un día estaba sentada orinando cuando este chavo se asomó, yo por estar en el Instagram no lo vi hasta que hizo un ruido, como de respiración, entonces me di cuenta que ya llevaba un rato. Me levanté y me salí a la explanada por miedo de que me hiciera algo”, detalló.

Meses después el acoso volvió a ocurrir. El mismo hombre que acechó a Laura en el baño antes de entrar a clase, se acercó a ella para acariciarle el cabello y la espalda mientras se maquillaba en el mismo baño donde ocurrió el primer hostigamiento. “Sé de compañeras de otras facultades que protestan o que acusan y no pasa nada. Mejor cambié mis horarios para evitar esa vergüenza”.

“Preferí reprobar”

En marzo de este año, Dánae Barajas, exmaestra de danza clásica y danza folklórica de la FES Aragón fue despedida tras denunciar acoso y hostigamiento laboral dentro del plantel. A raíz del hecho, Magdalena y María, alumnas cuyo nombre fue modificado para proteger su identidad, tienen miedo de denunciar al profesor que las molesta.

Las estudiantes de Arquitectura fueron acosadas sexualmente por un profesor que, según aseguran, es conocido por sus miradas, comentarios subidos de tono y hostigamiento académico a otras jóvenes que cursan su materia. Magdalena y María fueron amenazadas de reprobar si no aceptaban una salida a beber con el docente.

“Yo preferí reprobar. Muchas compañeras aceptan la salida por miedo, como se hace en grupo a un bar parece que no tiene peligro, pero dicen que ha tocado compañeras. Cuando fue la protesta porque corrieron a Dánae, este maestro fue exhibido en el tendedero, pero aquí sigue dando clase”, manifestó con preocupación Magdalena.

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En la Facultad de Ingeniería, Diego ha visto cómo sus compañeros y profesores hostigan verbalmente a las mujeres que se inscriben a la carrera sólo por machismo, “porque las mujeres no deberían estar en una carrera de hombres”, dice de acuerdo con los comentarios que escucha de sus compañeros.

“Son los profesores los que tienen actitudes con las chicas, más que los compañeros, pero los profesores ponen el ejemplo, las tratan mal, se quedan hablando con ellas después de clases para negociar sus promedios, les hacen miradas, intentan propasarse con ellas y si no aceptan les hacen comentarios ofensivos”, platicó.

Diego dice que estas acciones han disminuido un poco desde que sus compañeras protestan con tendederos, pintas o marchas, pero los casos que aún ocurren son graves e involucran hostigamiento físico.

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