Estudios de la Cepal y la UNAM, basados en estadísticas del Inegi, contrastan con el optimismo presidencial, pues programas sociales como Jóvenes Construyendo el Futuro, Jóvenes Escribiendo el Futuro y las distintas modalidades de becas que entrega el gobierno federal son insuficientes, de poca monta y cobertura, y no han logrado inhibir el involucramiento de la población menor de 29 años en actividades delictivas en el país, que registra una alta cifra de homicidios, ni tampoco frenar la deserción escolar.

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Luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador presumió en la conferencia mañanera que gracias a la familia y a los programas sociales cada vez hay menos jóvenes que integran las bandas del crimen, se refutaron “los otros datos” presidenciales, al señalar que la violencia en el país no ha bajado y siguen las cifras récord de homicidios, y las principales víctimas son los jóvenes.

“Ya estamos notando que en las bandas de la delincuencia, en las detenciones cada vez hay menos jóvenes, y es bueno, además tienen garantizado el derecho al trabajo y al estudio”, aseguró esta semana el Presidente.

Sin embargo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) expone que de 2007 a 2020 crecieron los homicidios de menores de edad en México, sobre todo en el segmento de 13 a 18 años, que en su mayoría son perpetrados por el crimen organizado, y ocurren con armas de fuego y en espacios públicos. El estudio Homicidios en la niñez y la adolescencia en México: Características y tendencias recientes del organismo adscrito a Naciones Unidas expone que los asesinatos de adolescentes y jóvenes de 13 a 18 años se triplicaron de 2007 a 2020, y se dan en un contexto de incremento de violencia e impunidad. “Las cifras de homicidios se mantienen al alza de 2021 a la fecha. Es dudoso que hayan bajado los crímenes contra jóvenes, y por ende su enrolamiento en grupos criminales. Es percepción o simple propaganda”, dijo el autor de la investigación, Hiram Hernández Bringas. Tomemos el grupo de edad de 18 a 29 años, que es el rango que considera el programa Jóvenes Construyendo el Futuro. En el periodo que va de 2018 a 2021, la tasa de homicidios en este sector sí ha tenido una leve reducción de 4%, al pasar de 47 a 45 por cada 100 mil, refiere.

No obstante, esto no es para festejar. Si los jóvenes de México fueran un país, sería el de la más alta tasa de homicidios del mundo, sólo por debajo de Jamaica, pero por encima de Sudáfrica y Honduras, según datos del Banco Mundial, apuntó el sociólogo y demógrafo.

En 2021, de acuerdo con estadísticas preliminares del Inegi, de los 35 mil 625 homicidios registrados en el país, con una tasa nacional de 28 homicidios por cada 100 mil habitantes, 35.28% se perpetraron contra personas de entre 15 y 29 años de edad.

Además, en 2021 la principal causa de muerte entre las personas de los grupos de 15 a 24 años y 25 a 35 años fueron las agresiones y homicidios, con 7 mil 237 y 10 mil 355 casos, respectivamente.

El investigador de la UNAM y de El Colegio de México indicó que de 18 a 29 años es la edad en la que preferentemente los jóvenes deberían estar enrolados en estudios universitarios.

“Sobre ello nos dice el presidente que los jóvenes tienen garantizados sus estudios. Pero de acuerdo con datos de la ANUIES, entre 2018 y 2021 la matrícula en el nivel superior se redujo de 5 millones a 4.7 millones de jóvenes inscritos, es decir, 6% menos, de manera tal que la cobertura en ese rango de edad pasó de 19.3% a 18.1%, si se pondera la matrícula por la población total de 18 a 29 años.

“Por citar un dato cercano, la UNAM, institución de educación superior de mayor demanda, sólo acepta a 10% de los que concursan por un lugar en la licenciatura. Con estos datos debemos preguntarnos: ¿Realmente los jóvenes en México tienen garantizados los estudios?

“Por eso creemos que el optimismo presidencial y los llamados ‘otros datos’ no tienen evidencia científica, ya que las propias cifras oficiales dicen algo diametralmente opuesto y los programas sociales no han sido un paliativo para alejar a los jóvenes de la violencia”, agregó el investigador de la UNAM.

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En entrevista con EL UNIVERSAL, dijo que la actual administración no ha logrado frenar la violencia y la impunidad, a pesar del discurso demagógico del presidente López Obrador, en el sentido de que sus programas sociales alejan a este sector de la violencia y los cárteles.

Por otra parte, el estudio El desarrollo social y la política pública en el México actual expone que la mayoría de los beneficiarios de programas sociales (19 millones), con los apoyos que reciben, no les alcanza para superar la línea de la pobreza.

El análisis de la UNAM indica que los programas sociales, sumados a las distintas becas, distan mucho de ser una estrategia que atienda las causas estructurales de la violencia. Seis mil pesos mensuales los pueden ganar los jóvenes lavando autos o limpiando parabrisas, pero esa cifra y esa cobertura tan ínfima no ha logrado, desde 2018 al iniciar este gobierno, alejarlos del crimen y la violencia, y ahí están los datos al alza de adolescentes y jóvenes que mueren a manos del crimen.

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