A 13 meses de que en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) se diagnosticó el primer caso de Covid-19 en México, el director de ese centro, Jorge Salas Hernández, llamó a la sociedad a entender que la pandemia no se ha acabado, que si bien han disminuido los contagios y las defunciones, el riesgo de una tercera ola es inminente si no se mantienen las medidas de prevención.
En entrevista con EL UNIVERSAL, el director del INER dijo que pese a que ya inició la vacunación contra el SARS-CoV-2, no se puede pensar que el biológico tendrá resultados mágicos, sino que la protección aumenta con la aplicación de las dos dosis, por lo que se deben mantener los esfuerzos por usar cubreboca, lavarse las manos de manera continua y evitar aglomeraciones en espacios públicos y cerrados.
“Quizá es repetitivo, pero debemos cuidarnos, reflexionar sobre nuestras acciones, porque la situación aún es difícil, la infección está todavía, los contagios están, las vías de transmisión ya las conocemos y mientras más nos agrupemos, entre con más gente conviva, el riesgo va a aumentar, es imprescindible que mantengamos el distanciamiento social, las medidas de prevención universales y cuando nos vaya tocando, acudir a la vacunación, eso sí, no podemos creer que la vacuna es una poción mágica, no debemos bajar la guardia”, comentó.
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Salas Hernández destacó que la población puede estar cansada del confinamiento, de no salir de vacaciones, de usar cubreboca y mantener la sana distancia, pero por el momento es lo más efectivo contra la propagación del virus.
¿México está preparado para una tercera ola de Covid-19?
—Desde el punto de vista de salud, lo único que podemos hacer es seguir con ese máximo esfuerzo en la atención, que se ha hecho bien, y también seguir con una planeación para una mejor situación de control.
Quizá es repetitivo, pero debemos cuidarnos, los contagios están, entre más gente conviva el riesgo va a aumentar, es imprescindible que mantengamos el distanciamiento social, las medidas de prevención universales y cuando nos vaya tocando, acudir a la vacunación, eso sí, no podemos creer que la vacuna es una poción mágica, no debemos bajar la guardia.
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¿Cuáles son los principales retos para atender la pandemia por Covid-19?
—Lo fundamental es hacer llegar a la población los mensajes de los cuidados sobre cómo protegerse, ya se habló del uso de cubreboca, lavado de manos, uso de gel a base de alcohol y otro tipo de recomendaciones, como todo lo que tiene que ver con las actividades sociales, luego la identificación temprana de síntomas para que la gente acuda a tiempo a recibir atención médica, evitar opciones de tratamiento que no han probado su utilidad, es decir, tomar las mejores decisiones.
Los otros retos son propiamente de prevención, en estos periodos vacacionales estamos acostumbrados a andar por diferentes lados y el riesgo de contagio es altísimo, le pido a la población que se cuide, por su bien y el de sus familias, seamos conscientes de que la pandemia está vigente, el riesgo que tenemos si no nos cuidamos es muy alto y una vez contagiados no sabemos la gravedad con la que se pueda presentar la enfermedad, algunos tendrán formas leves, otros muy graves y hemos visto el número de defunciones, por eso es importante ser conscientes y sumar esfuerzos para juntos acabar con esta epidemia.
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¿Qué significa ser director del INER, en medio de la pandemia de Covid?
—Creo que el significado es muy claro, es la mayor responsabilidad que me tocó a mí, pero hubiera sido lo mismo con cualquier director en turno que hubiera estado, es la mayor responsabilidad porque es un instituto nacional de salud, y aunque estamos acostumbrados a ver casos complejos, graves, complicados, el trabajar en medio de una pandemia de esta magnitud no es sólo una gran responsabilidad, sino un gran reto porque se requiere de un grupo muy importante de primera línea, de especialistas y personal de salud.
¿Cuántos pacientes se podían atender al principio de la pandemia y cuántos ahora?
—El plan de reconversión se empezó a diseñar desde febrero, en un primer punto de esta reconversión establecimos la cifra de 120 pacientes que podíamos atender en la máxima situación de gravedad, al paso de las semanas escalamos a 150 camas sólo de Covid, porque en el proceso de reconversión ya no atendíamos otro tipo de problema respiratorio. Después de unos meses teníamos 150 pacientes hospitalizados, aumentamos a 170 y la cifra máxima eran 200 en condiciones graves, las cuales se cumplieron entre principios de 2021, cuando llegamos a tener 120, 150, 170, 200 pacientes, de los cuales 70% de esos enfermos han estado en condiciones de máxima gravedad, lo que implica intubación y conectar al enfermo a un ventilador mecánico.
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¿Qué le diría al personal médico que atiende Covid?
—Primero me gustaría reconocer la gran labor que ha hecho el personal médico en todo el país y por supuesto en el INER, lo que han hecho no tiene antecedentes en los últimos 100 años y su actuar ha sido ejemplar. En el INER es personal médico altamente especializado en el campo de la medicina respiratoria y todo ese conocimiento lo han aplicado en la atención de los pacientes, y pese a estar a más de 13 meses a partir del primer caso que se diagnosticó en México y fue en el INER, la verdad es que no han decaído ni en su interés ni en su responsabilidad ni en su profesionalismo, lo único que puedo decir es gracias.
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¿Y a la sociedad?
—Le pediría a la población que cuiden su salud, si como individuos asumimos esa responsabilidad del cuidado de la salud que empieza por la prevención, por la protección, no sólo nos cuidamos como personas, sino a nuestra familia y en consecuencia a todo mundo, entonces ya se ha hablado mucho a lo largo de estos meses sobre el mantenerse en casa, el distanciamiento social y el evitar reuniones.