En 2022, el número de quejas presentadas por migrantes contra el Instituto Nacional de Migración (INM) ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), aumentó 199.8% con respecto a las recibidas en 2019, al pasar de 714 a 2 mil 141.
Según la CNDH, el INM de la Secretaría de Gobernación se ubica en el top ten de las secretarías de Estado y dependencias con mayor número de quejas. Incluso, está por arriba de las demandas contra elementos de las Fuerzas Armadas.
Consultada por EL UNIVERSAL, Edith Olivares Ferreto, directora ejecutiva de Amnistía Internacional (AI) México, asegura que actualmente las 60 estaciones migratorias del INM ubicadas en todo el país representan focos rojos por las malas condiciones de estos espacios, donde se violan permanentemente los derechos humanos de las personas en movilidad.
“Todos los centros de detención migratoria en este país son de riesgo porque carecen de las condiciones necesarias para el respeto de los derechos humanos de los migrantes. La estación migratoria de Ciudad Juárez, Chihuahua, fue un botón de muestra, porque nos reveló que prácticamente son cárceles para personas que no han cometido ningún delito, pero que están ahí recluidas privadas de la libertad.
“En la frontera sur tenemos claramente un foco rojo, porque de inicio existe un operativo de persecución contra los migrantes y las condiciones de esos espacios son deplorables. También ese riesgo se corre en las estaciones que se ubican en el norte del país, porque las personas permanecen en ocasiones meses o incluso años sin que se resuelvan sus peticiones de refugio en México o en Estados Unidos”, comenta.
Expone que a pesar de que las normas vigentes establecen que un migrante no puede permanecer detenido más de 36 horas, esto no se respeta porque agrega que algunos migrantes que murieron el lunes en un incendio en la Estación Migratoria Provisional de Ciudad Juárez tenían en ese sitio más de un año.
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Sostiene que es responsabilidad del Estado mexicano garantizar su vida, su seguridad y su integridad, pero “lo que está haciendo es recluirlas en condiciones de violaciones graves a los derechos humanos, sometidas incluso a la privación de la libertad y con un latente riesgo de privación de la vida”.
El Informe especial. Situación de las estaciones migratorias en México, hacia un nuevo modelo alternativo a la detención, elaborado por la CNDH, expone que los migrantes detenidos en esos albergues son víctimas de diversos abusos, como lesiones, tortura, agresiones sexuales y extorsión a ellos y a sus familiares.
Según la CNDH, en 2022 las estaciones migratorias que recibieron el mayor número de quejas son las que se ubican en Chiapas, con 583; Ciudad de México, 249; Tabasco, 227; Sonora, 187, y Nuevo León, 142, mientras que las de Chihuahua recibieron 30.
El reporte expone que en 2019 en el área de varones de la Estación Migratoria 171, en Tlaxcala, un agente federal de migración solicitó a un adolescente de 17 años de edad, de nacionalidad hondureña, tirar una bolsa de basura y, ante su negativa, el personal migratorio no le proporcionó alimentos, por lo que su padre regresó los que él tenía como acto de protesta, los cuales accidentalmente cayeron al piso.
El referido agente federal de migración realizó una llamada y 30 minutos después llegaron otros tres elementos de migración, que trasladaron al adole- scente y a su padre a un cuarto aislado donde fueron golpeados y amenazados con desaparecerlos si denunciaban los hechos.
“Especialistas en Medicina y Psicología de la CNDH determinaron que la persona menor de edad presentó lesiones físicas y afectaciones sicológicas concordantes con tortura, en tanto su padre tuvo secuelas sicológicas que acreditaron tratos crueles”, señala el documento.
Margarita Núñez, coordinadora del Programa de Asuntos Migratorios de la Universidad Iberoamericana en la Ciudad de México, asegura que las quejas presentadas por los migrantes ante la CNDH sólo son una pequeña muestra, pues de cada 10 migrantes que son víctimas de violación a derechos humanos, sólo uno presenta queja.
Exdirector del Instituto Nacional de Migración Tonatiuh Guillén López considera que las estaciones migratorias forman parte de una estrategia que “ya debería cambiar por el perfil social de la población que está en tránsito en México”.
Explica que desde hace tres años la población en tránsito es de personas que requieren y demandan protección internacional.