Los órganos constitucionales autónomos nacieron para limitar al poder presidencial, afirmó Francisco Javier Acuña Llamas, comisionado del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai).
Al impartir la conferencia magistral Órganos Constitucionales Autónomos y Régimen Presidencial, lamentó que desde la Federación “se ha hablado de la eliminación” de estos órganos, “se les ha reducido presupuesto y se han alargado los procesos de nombramiento, provocando una falta de representación interior”.
“Al Inai le faltan dos comisionados y en abril del año que entra faltará otro; si no se han nombrado, ya no podría sesionar, porque la ley exige cinco comisionados para que haya quórum. Las sesiones son semanales, no puede dejar de haber sesiones, siempre hay entre 200 y 300 asuntos”, expuso.
Subrayó que fue el sistema presidencial el que creó los órganos constitucionales autónomos, en respuesta a una falta de credibilidad en el gobierno; por ello se crearon el Instituto Federal Electoral; el Banco de México y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
“El Estado mexicano era el Presidente de la República, porque prácticamente él se encargaba y, en los estados, el gobernador. Entonces, imagínate que empieza a cortarse pedacitos para que ya no dependan de él técnicamente, porque la división de poderes también estaba en vilo. Entonces, ¿eran imprescindibles los órganos constitucionales autónomos? Sí, porque componen el Estado de derecho”, dijo.
Acuña enfatizó que los órganismos autónomos son resultado del proceso de construcción de la democracia en México; las funciones que hoy cumplen brindan certidumbre en diversos ámbitos.
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