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El Sistema de Información y Gestión Educativa (Siged), de la Secretaría de Educación Pública (SEP), registra en el país 473 mil 904 claves de centros de trabajo escolares de educación básica públicos, de las cuales 166 mil 494 están inactivas por falta de alumnos, problemas administrativos, escasez de personal docente y fallas con la infraestructura del plantel que, a decir de especialistas, alcanzarían para atender a más de 24.9 millones de estudiantes.
Las claves de centros de trabajo son la tipificación que se le asigna a cada una de las escuelas para poder identificarlas en términos administrativos y en la designación de recursos. Cada centro de trabajo escolar puede contar con una o dos y hasta tres claves porque en las escuelas; por ejemplo, se imparten clases en el horario matutino, vespertino o incluso nocturno.
De acuerdo con el Sistema de Información, por falta de personal docente se encuentran inactivas 158 claves de jardín de niños, 165 de primaria y 47 de secundaria.
Mientras que por problemas administrativos están paradas las claves de 60 mil 430 preescolares, 65 mil 992 primarias y 17 mil 981 primarias.
Por fallas de infraestructura educativa las cifras del Siged dan cuenta de 18 jardines de niños, 12 primarias y una secundaria, cuando las propias cifras de la SEP destacan que tres de cada 10 escuelas de educación básica presentan daño estructural.
El Siged muestra que los estados con el mayor número de centros escolares cerrados por falta de estudiantes son Veracruz, con mil 770; Guerrero, mil 335; Michoacán, mil 44; Sinaloa, mil 26, y Chiapas 878.
También revela que en todo el país permanecen cerrados 127 centros escolares públicos y privados a causa de fallas con la infraestructura en el plantel.
Erik Avilés, académico del Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación José María Morelos, destaca que tal cantidad de claves de centros de trabajo escolares inactivos debería ser motivo a una auditoría, porque detrás de cada una podría haber corrupción.
“Esto abre vetas para la compulsa in situ de todas estas claves de centros de trabajo, ya que es un número impresionante que amerita una respuesta oficial minuciosa y específica, sobre todo en lo que respecta al cruce de la nómina magisterial con cada uno de los centros de trabajo. El paso siguiente obligado es una auditoría integral al respecto”, advierte Avilés.
Además, “dimensionemos, si las 166 mil claves de centros de trabajo fuesen escuelas, si cada una de ellas tuviesen cinco grupos de 30 estudiantes, alcanzarían atender a más de 24.9 millones de estudiantes”.
El académico señala que “el Siged, en su inconsistencia, declara cerrados miles de centros escolares por supuestas ‘razones administrativas’, las cuales deben ser aclaradas, porque puede haber criterios burocráticos que no correspondan con la realidad que se vive en las comunidades escolares. En contraste, preocupa que hay cifras muy altas en entidades federativas llenas de pobreza y marginación”.
Consultado por EL UNIVERSAL, Avilés destaca que el Siged omite mencionar otros fenómenos sociales que obligan a cerrar los planteles, como la violencia que se enfrenta en gran parte del territorio nacional.
Por su parte, Marco Fernández, coordinador de Anticorrupción y Educación de la organización civil México Evalúa, considera que para poder multiplicar espacios para oportunidades educativas de niñas, adolescentes y jóvenes, lo primero que se debe tener es información confiable sobre los planteles en el país, el estado que guardan, el personal, si es suficiente o no, y si es pertinente en términos de preparación para atender esas escuelas.
“Existen lugares en los que la dinámica demográfica ha cambiado y, por lo tanto, escuelas que eran de doble turno, ahora ya sólo son de uno. Entonces, se pueden aprovechar; por ejemplo, para hacer planteles de jornada ampliada, como ha sugerido la [virtual] presidenta electa”, menciona el también investigador en la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey.
Dice que a estas alturas no se cuenta con un registro confiable de la infraestructura de los planteles escolares desde la parte inicial hasta educación superior. “Esta es información básica que se requiere para poder ordenar, para canalizar los recursos que son ahorita escasos. Esto implica utilizar la información para poder hacer toma de decisiones en los espacios educativos”, indica.
Al igual que Avilés, Marco Fernández considera que el Sistema de Información y Gestión Educativa deja al margen el cierre de centros de trabajo educativos a causa de la violencia que enfrenta una gran parte del territorio nacional.
“El Siged no está tomando en cuenta aquellos centros escolares que han decidido dejar de operar a causa de la violencia del crimen organizado. Guerrero, Veracruz, Chiapas, entre otros estados, han reportado cierre de escuelas por amenazas del crimen organizado o porque los profesores ya no quieren ir ahí, dada la violencia que existe en las comunidades”, refiere.
Insiste en que es importante contar con información actualizada y confiable sobre el estado que guardan los planteles y de su estatus operacional, de tal forma que eso permita hacer una mejor administración de los presupuestos educativos y se pueda contar con más espacios escolares.
“En educación inicial hay muy poquitos espacios, sólo siete de cada 100 niños y niñas están yendo a un espacio provisto por el estado. Simplemente, ante recursos escasos que se tienen, que van a volverse todavía más escasos debido a los recortes que se prevén por los déficits fiscales en los que incurrió el actual gobierno en estos primeros seis meses del año, vamos a necesitar información para poder tener mejores resultados y oportunidades educativas para niños, y jóvenes, principalmente para los más desfavorecidos”,