Miami.— El secuestro de estadounidenses en México es “inaceptable”. Así reaccionó la Casa Blanca ayer, después de que se informara que el viernes en la ciudad fronteriza de Matamoros, Tamaulipas, tres hombres y una mujer estadounidenses fueron atacados y plagiados, sin que se conozca su paradero.
Ayer por la noche, se informó que los ciudadanos de EU son Latavia Tay McGee, Shaeed Woodard, Zindell Brown y Eric James Williams, quienes habrían sido secuestrados por el grupo Escorpión del Cártel del Golfo.
La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo: “Estamos pendientes del ataque y secuestro de cuatro ciudadanos estadounidenses en Matamoros, México. Este tipo de ataques son inaceptables”.
Explicó que el presidente Joe Biden está al tanto y que las fuerzas de seguridad estadounidenses están en contacto con las mexicanas, además de que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos se coordina con el gobierno mexicano para que los responsables rindan cuentas ante la justicia.
El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, se reunió el lunes en Palacio Nacional con el presidente Andrés Manuel López Obrador para hablar del tema y aunque la portavoz no ofreció detalles, destacó que Washington ve a México como “un aliado cercano” con el que mantiene una importante relación que quiere potenciar.
A raíz del secuestro, agentes federales de EU trabajan en la ubicación, búsqueda y rescate de sus conciudadanos, con apoyo de autoridades federales mexicanas y la fiscalía de Tamaulipas, adonde el Departamento de Estado no recomienda viajar (tiene alerta nivel cuatro) por la violencia.
Un exagente del Buro Federal de Investigación (FBI) contactado por EL UNIVERSAL y que pidió el anonimato señaló que en la agencia “están muy preocupados porque en las imágenes (de cámaras de seguridad) se ve que al menos dos de los hombres están heridos, los arrastran y cargan a una camioneta para llevárselos; la mujer sube ella misma, pero todo está confuso”.
Las cuatro personas cruzaron desde Brownsville, Texas, hacia Matamoros, presuntamente para comprar medicamentos o un tratamiento médico. Viajaban en una camioneta compacta con placas de Carolina del Norte. En algún momento fueron interceptados y baleados por hombres vestidos con ropa tipo militar.
En el lugar se encuentran agentes especializados en inteligencia, contrainteligencia y geolocalización. “Deben saber [los secuestradores] que contamos con tecnología de punta, la mejor del mundo, capaz de encontrar una aguja en un pajar y los vamos a encontrar”, aseguró el exagente a este medio. “No sé a quién se le ocurre hacer algo así sin pensar en las consecuencias”, recalcó.
Afirmó que a pesar de las restricciones a la capacidad de operación de agentes extranjeros en territorio mexicano establecida por el gobierno federal, “en este momento hay en Matamoros no menos de 12 agentes estadounidenses liderando la búsqueda de nuestros ciudadanos”.
Ángel Catalán, agregado jurídico o agente a cargo de la oficina del FBI en la Ciudad de México, estaría a cargo de la operación de rescate, junto a otro elemento de la misma dependencia, Oliver Rich, quien opera en Texas.
Las agencias federales estadounidenses presentes en Matamoros, dijo el entrevistado, son el “FBI porque se trata de un secuestro de estadounidenses; la Administración para el Control de Drogas (DEA) porque se presume que los culpables son de un cártel y de la Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF) porque hay armas de fuego involucradas”.
La Embajada de Estados Unidos reportó que ofrece una recompensa de 50 mil dólares (unos 925 mil pesos) a quienes den información fidedigna que ayude a encontrar a los secuestrados.
Barbara Burgess, de 54 años, madre de McGee, dijo a ABC News que su hija viajó de Carolina del Sur a México para someterse a un procedimiento médico estético y que antes del viaje le advirtió que no fuera. “Mamá, estaré bien”, dijo Burgess que McGee respondió el miércoles antes de partir.
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