A punto de terminar el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social (OADPRS), el Instituto Nacional de Migración (INM), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Secretaría del Bienestar (SB) encabezan en este sexenio la lista del top 10 de instituciones con el mayor número de quejas presentadas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) por violaciones a los derechos humanos.

De acuerdo con la CNDH, en el actual gobierno el IMSS contabiliza 20 mil 426 quejas; el INM, 8 mil 150; el OADPRS, 7 mil 963; ISSSTE, 7 mil 424; la SB, 4 mil 165, mientras que la CFE acumula 2 mil 319.

Luis de la Barreda Solórzano, expresidente de la Comisión de Derechos Humanos del extinto Distrito Federal, asegura que esas cifras sólo representan una parte de violaciones a los derechos humanos por parte de instituciones gubernamentales, porque argumenta que existe gente que desiste de presentar una queja por falta de credibilidad en ese organismo.

“Hay personas que no creen en la comisión porque saben que está capturada. Su función no es principalmente recibir quejas, sino lo que hace con esas quejas. Entonces, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos debe recibir la queja, investigarla y darle una solución”, dice .

Asegura que la CNDH “es un organismo espectral, una comisión que prácticamente no existe, una comisión que ante las violaciones más graves de derechos humanos ha guardado silencio, una comisión a la que jamás le hemos oído o leído una sola crítica frente a decisiones del gobierno federal y que han sido violatorias de los derechos humanos. Es una comisión que prefirió atacar al Instituto Nacional Electoral que reprobar el militarismo en el país.

“Tenemos una institución muda, ágrafa, una comisión cuya existencia en este momento es totalmente espectral”, asevera.

Michael W. Chamberlin, exconsejero del Consejo Consultivo de la CNDH, comenta a EL UNIVERSAL que durante el sexenio pasado “eran más o menos las mismas instituciones que tenían el mayor número de quejas. Todo el sector salud siempre estuvo en primerísimo lugar. Y aquí todavía lo vuelvo a ver en esos primeros lugares, por lo cual a mí me da la impresión de que no se han atendido realmente las causas que generan estas quejas.

“Es evidente que persiste la mala atención en los servicios de salud, en los servicios en general y el acceso a los derechos sociales de la población. Faltan acciones contundentes para mejorar todas esas instituciones que están en la lista del top ten de quejas”, indica.

Asegura que uno de los mayores problemas que enfrenta la Comisión Nacional es que emite recomendaciones y quejas continuamente. Sin embargo, las instituciones siguen cometiendo violaciones a los derechos humanos como si nada. “Todas estas quejas son como una especie de voz en el desierto porque las instituciones no se sienten obligadas a atender las quejas ni las recomendaciones”, menciona.

Al hacer un balance del papel de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en este sexenio, Chamberlin destaca que “el hecho de que este organismo no tuviera independencia con respecto al Poder Ejecutivo lo limitó tremendamente en su efectividad como institución. Hay cosas muy graves que siguen sucediendo en el país que están siendo ignoradas por la CNDH, como la falta de medicamentos en los hospitales, la militarización y el alza innegable de la violencia que enfrenta el país”.

Jorge Saavedra comenta que cuando formó parte del Consejo Consultivo de la Comisión fueron varias las ocasiones en las que se ofreció a instalar una mesa con el IMSS para darles salida a todas las quejas y plantear una estrategia para que esta institución, que dirige Zoé Robledo, se eficientizara, pero su demanda nunca encontró eco,

“Desde hace muchos años el IMSS es campeón nacional en quejas por presuntas violaciones a derechos humanos. Yo traté de ofrecer que la CNDH tuviera otra estrategia para abordar estos problemas con el IMSS, con el ISSSTE, con la CFE, con el INM para estudiar las causas de las quejas y diseñar un plan para mejorar los servicios de estas instituciones, pero no fui escuchado”, afirma.

Tania Espinosa, quien también fue integrante del Consejo Consultivo de la CNDH, refuerza las palabras de Saavedra al comentar que “él es experto en salud pública y más de una vez se ofreció a participar en las mesas de trabajo con el IMSS para encontrar maneras de que el instituto dejara de estar en ese primer lugar”.

Resalta que la lista del top ten con las instituciones con el mayor número de quejas tiene que ver con que una serie de comportamientos de esas instituciones se repiten una y otra vez.

“Existe una falta de eficiencia por parte de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en lograr que estas instituciones hagan cambios estructurales de tal forma que terminen con estas prácticas que son violaciones a los derechos humanos. Muchas veces esto se hace a través de mesas de trabajo que, aunque se pueden llevar a cabo una y otra vez, parecen más una simulación porque, en realidad, termina siendo una falta de voluntad política para transformarse y actuar distinto”, dice.

Agrega que “la Comisión Nacional de los Derechos Humanos emite recomendaciones a esas instituciones y hay puntos recomendatorios que tienen que ser cumplidos. Si éstos no son cumplidos, en realidad no existe una reparación a las víctimas y no hay una restitución de los derechos violados”.

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