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La señora Sara Montenegro, de 61 años, quien vive en Baja California y padece cáncer de mama, tuvo que hipotecar su casa por 500 mil pesos para solventar los gastos de su enfermedad porque el IMSS no la pudo atender debido a la pandemia de Covid-19; sin embargo, recibió una buena noticia: la dependencia federal le reembolsará 261 mil pesos.
El pasado 11 de enero, EL UNIVERSAL publicó el reportaje Endeudarse para sobrevivir, la otra cara del desabasto, donde se contó la historia de Sara Montenegro, quien decidió buscar atención médica en un hospital privado, ante la falta de tratamiento en el sector público, por lo que pagó 200 mil pesos y tuvo que empeñar su casa.
Montenegro fue diagnosticada con cáncer de mama, pero se atendió en un hospital privado, ya que por la pandemia no podían recibirla en el IMSS; enfrentó una recaída e hipotecó su casa por 500 mil pesos para solventar los gastos.
“No pudieron atenderme en el Seguro Social por la pandemia y tuve que buscar atención”, dijo.
Ante la falta de atención por parte del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), pidió una compensación por sus tratamientos a la institución, quien explicó en un documento que le reembolsará 261 mil pesos.
“Por única vez, sin sentar precedentes y dados los beneficios obtenidos en tratamiento en servicios médicos privados, está comisión accede al integro de gastos médicos por la cantidad 261 mil pesos, sin la aplicación del sistema de costos unitarios, previa presentación de facturas debidamente requisitables”, define el documento que se le entregó a doña Sara.
Montenegro es jubilada del IMSS: “Pensaba iniciar mi tratamiento, pero en el seguro me dijeron que no había radiación... No te dan opciones, decidí buscar en el sector privado”, recalcó.
Cabe destacar que Sara denunció que el acelerador lineal de la clínica del IMSS en Baja California no sirve, a pesar de que se llevó a cabo la inauguración simbólica del aparato el pasado 3 de agosto, a la que acudió Zoé Robledo, director general del IMSS, junto a otras autoridades del sector Salud.
“Pedí un préstamo en lo que llegaba el pago del seguro contra el cáncer”, comenta, y continuó su medicación en el Seguro Social de Tijuana: “Era carísimo, ya no tenía dinero”, explicó.
En la clínica de Tijuana del IMSS continuó su tratamiento al ya no tener dinero. Debe tomar exemestano por cinco años. “A veces no hay y lo tengo que comprar. Ya van varias veces que no me surten la receta”, señaló.