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Washington.— La secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero acusó a la asociación Pueblos Sin Fronteras de ser una de las organizadoras de las caravanas de migrantes centroamericanos que están entrando a territorio mexicano con la intención de llegar a Estados Unidos.
“Tenemos identificados a los líderes de organizaciones no gubernamentales que están reclutando a estas caravanas, concretamente hay algunos de Pueblos Sin Fronteras”, dijo la ministra en un evento en el Migration Policy Institute (MPI), en el inicio de una visita a Washington en la que se reunió con su contraparte estadounidense, la secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen, y congresistas.
En las últimas semanas, el gobierno mexicano detuvo a líderes de la organización acusándolos de tráfico de personas. “Hay que ver quiénes están promoviendo las caravanas, quiénes son los líderes, cómo reclutan a la gente estos líderes y cómo realizan este movimiento inusual, pero que muy pronto se va a convertir en algo normal de caravanas hacia el norte”, dijo Sánchez Cordero, reconociendo que la movilidad masiva como parte de caravanas es un “fenómeno nuevo”, pero que se va a convertir en una tendencia que estará al alza de cara al futuro.
Según explicó, el gobierno mexicano ha detectado entre los migrantes de la caravana que entró al país el pasado 17 de enero a través de Piedras Negras a un par de individuos en búsqueda y captura por Interpol, y que desde hace semanas se está trabajando para que el protocolo de intercambio de datos que permita una detección casi inmediata de elementos que no pueden ingresar al país se pueda aplicar a la mayor brevedad posible.
En su discurso, calificó de exitoso que, tras la aplicación de los nuevos protocolos y políticas con los migrantes del nuevo gobierno, sólo 10% decidiera seguir su camino hacia el norte; el resto se quedó en México con visa humanitaria, casi todos arraigados en el sureste mexicano.
La ministra no supo responder cuál sería el máximo de migrantes que México sería capaz de asimilar como fruto de la devolución de solicitantes de asilo de Estados Unidos, pues argumentó que es algo que todavía se está evaluando. Según sus cálculos, hasta este jueves han sido 150 personas las que han retornado a México bajo el programa conocido como Permanece en México.
Sin embargo, Sánchez Cordero remarcó que se trata de una “decisión unilateral” de Estados Unidos, y que si México está accediendo a recibir a estos migrantes mientras tramitan sus solicitudes en la Unión Americana es por la política “humanitaria y de defensa de los derechos humanos” impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En su plática, la funcionaria remarcó el cambio de paradigma en cuestión migratoria del nuevo gobierno, con énfasis en el ataque a las causas de la migración (especialmente en lo referente al “éxodo” desde Centroamerica): algo “radicalmente distinto” a administraciones anteriores, que sólo se dedicaban a la “contención y deportación masiva”.
Sánchez Cordero quiso recordar también que el flujo de migrantes mexicanos hacia EU es prácticamente negativo. “No somos problema de flujo migratorio, pero queremos ser parte de la solución”, resumió.
Informó que México prevé recibir 700 mil migrantes centroamericanos anuales en los próximos cinco años, incluyendo un “importante aporte” de Nicaragua, si las condiciones en sus países no se revierten.