"¡Imagínate subirte al Metro con esto!", le pregunta un hombre a su acompañante en el Centro Cultural Los Pinos . Con cara de sorpresa padre e hija señalan un dije de San Judas Tadeo de oro puro con 242 diamantes incrustados que subastó el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes ( SAE ) y que tiene un precio de 108 mil 900 pesos.
Las expresiones de emoción, morbo e indignación llenaron el salón Venustiano Carranza , en el Centro Cultural Los Pinos , donde ayer se exhibieron 148 lotes de joyería incautados a miembros del crimen organizado y a funcionarios públicos que los recibieron como regalos, a pesar de que eso está contra la ley, en la tercera subasta del SAE en esta administración.
"Me genera indignación y enojo que los políticos se sacian con estos recursos y a nosotros del pueblo no nos alcanza para nada", expresó Francisco Herrera, maestro de primaria de 59 años de edad que la mañana del domingo acudió a Los Pinos a observar la exposición y presenciar la subasta.
La emoción del profesor de educación básica fue compartida por muchos de los asistentes a la exposición quienes desde antes de las 11:00 horas, cuando arrancó la puja, hacían cola para pasar al salón Venustiano Carranza y observar el lujo acumulado.
Foto: Berenice Fregoso
La tarde del domingo se ofertaron objetos de marcas prestigiosas como Cartier y Rolex y otras no tan conocidas que elaboran piezas a lo que parece ser el gusto de sus clientes: como un reloj para dama de La Cour Geneve de oro rosa 18 kilates con 449 diamantes que en la carátula llevaba la imagen de tres plantas de mariguana; o dijes con la imagen de Jesucristo, San José, San Judas Tadeo e inclusive la santa muerte en oro amarillo o blanco, incrustados en diamantes, esmeraldas y rubíes a precios tan altos que se podría comprar un departamento o dar el enganche para un crédito hipotecario.
“Todo ese dinero, todas esas cosas que tuvieron y el pueblo muriéndose de hambre. Me da mucho enojo ver tanto dinero despilfarrado porque yo creo que ni siquiera lo usaron de decir: lucirlo, lucirlo como que lo usaron una o dos veces. El coraje de ver que el pueblo muriéndose de hambre. Es mucha exageración”, dijo la señora Laura Elena Báez, ama de casa de 70 años, quien visitó la exposición con su hijo.
Una de estas piezas extravagantes fue el reloj marca Romain Jerome modelo Moon Dust DNA fabricado con acero proveniente del barco Titanic, que se hundió en 1912, y polvo lunar.
Lo compró Carlos González por su precio de salida: 170 mil 900 pesos. A diferencia de muchos artículos, que los expertos joyeros buscarán colocar en el mercado, Carlos se lo compró para utilizarlo en ocasiones especiales.
Foto: Berenice Fregoso
“Viene con las partes del Titanic y trae brillantes, eso le da más plus y presencia. Es una edición especial porque trae polvo traído por la primera nave que aterrizó en la luna. Este reloj lo compré para mí, no es para que me lo ponga sino para tenerlo guardado para una ocasión especial. No diario lo vas a tener”, dijo.
El ambiente se sentía tenso y emocionante: los compradores, buena parte de ellos empresarios joyeros ataviados con una sencillez que rayaba en la facha, levantaban a toda velocidad sus paletas amarillas, verdes o rojas para pujar por el artículo que les interesaba.
Mientras que los visitantes a Los Pinos, convertidos en público, aplaudían y echaban porras como si estuvieran animando a su equipo de fútbol favorito. Por ejemplo, una mujer que usaba gorra amarilla agitaba las manos, aplaudía y gritaba “¡Eeeeeh!” o “¡Tsssssss!” cada vez que el precio cambiaba porque un comprador pujaba más alto que el anterior.
Se vendieron unos pocos lotes de piezas sencillas, es decir de oro sin mayores incrustaciones, como aretes, medallas y anillos y un reloj “sencillo” de la marca Cartier cuyo precio de salida fueron 10 mil 200 pesos.
La mayor parte de lo que se ofertó fueron joyas extravagantes, el de mayor lujo fue un reloj de oro blanco 18 kilates de la marca Piaget con más de 200 diamantes, la pieza más cara de la colección y “la joya de la corona”, según la calificaron expertos que participaron en la puja; su precio inicial de salida fue de dos millones 953 mil pesos y no se logró vender.
“Ni en mis sueños me alcanzaría”, consideró Yolanda Rivera, auxiliar contable de 46 años de edad.
Foto: Berenice Fregoso