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Nueva York.— La protección y respeto de los derechos humanos de las mujeres y su participación en la prevención y solución pacífica de los conflictos son indispensables para tener sociedades más seguras en este 20 aniversario de la resolución 1325 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la cual implica posicionar la igualdad de género en el centro de toda política y programa de paz, afirmó el embajador Juan Ramón de la Fuente, representante permanente de México ante esa institución mundial.
Al encabezar en esta sede la participación de México en el Debate Abierto del Consejo de Seguridad sobre Violencia Sexual en los Conflictos, en el marco de dicha efeméride, De la Fuente resaltó la firme disposición de México para continuar coadyuvando con los esfuerzos colectivos dirigidos a la prevención oportuna y el combate eficaz de la violencia sexual relacionada con los conflictos.
Subrayó la necesidad de reconocer y enfrentar al menos tres factores ineludibles: primero, las desigualdades estructurales de género; segundo, la discriminación histórica que han sufrido mujeres y niñas, y, en tercer lugar, la marginación, en especial la presente en los grupos en situación de vulnerabilidad.
“Todos estos factores son parte fundamental del origen de estos crímenes. Si a todo ello agregamos, además, instituciones de justicia débiles, el temor a la denuncia, el miedo a las represalias, el rechazo de las familias y los prejuicios de las propias comunidades, seguramente podremos entender mejor cuáles son algunos de los principales obstáculos que las víctimas enfrentan para acceder a la justicia”, dijo.
De ahí, expuso que “es urgente cambiar las normas sociales que siguen perpetuando, por igual, la impunidad de los agresores, por un lado, y el sufrimiento de las víctimas, por el otro. Hay que reconocer, por lamentable que sea, que lo frecuente es que las víctimas no encuentren respuestas satisfactorias a sus necesidades más apremiantes”.
Al compartir los compromisos sobre Mujer, Paz y Seguridad, el embajador De la Fuente afirmó que la violencia sexual es siempre un crimen aberrante y una violación flagrante e inaceptable a los derechos humanos.
Llamó a que se apoyen recomendaciones del secretario general de la ONU, entre ellas, incluir de manera puntual la violencia sexual con un criterio específico para la imposición de sanciones.