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La fase de mayor contagio por coronavirus pasó inadvertida para amplios sectores de la población en ciudades como Toluca, Tijuana o Culiacán, consideradas focos importantes de propagación, donde también fue ignorada la sana distancia o el uso de cubrebocas.
En Toluca, capital del Estado de México, las personas transitaron sin cubrebocas; no hubo temor, sana distancia ni resguardo en casa.
En contraste, Elena Pantoja, mujer de la tercera edad e hipertensa, dice que lleva al menos dos meses de confinamiento y que sus hijos son quienes acuden a la tienda por comida y medicamentos. Afirma que observa desde su ventana cómo transita gente sin cubrebocas o mascarillas y que parecen no tomar en cuenta las medidas sanitarias.
“No es fácil, he pensado en ir un momentito al parque, [pero] luego me llama mi hijo, que vive en [Cuautitlán] Izcalli, y me recuerda la importancia de no salir”, cuenta.
En el centro de la capital mexiquense, desde las primeras horas del día, se observó en las calles a familias caminando. Si bien se redujo la cantidad usual de transeúntes en algunas zonas debido a las restricciones de las autoridades, hubo vías en el primer cuadro de la ciudad donde de nada valieron vallas o cintas de peligro, pues la gente intentaba encontrar negocios para visitar.
En Hidalgo, Independencia y Bravo hubo personas con niños en brazos, parejas tomadas de la mano, adultos mayores, violinistas y vendedores de globos.
Las filas afuera de los bancos no obligan a la sana distancia; tiendas de telas siguen abiertas y hay gente esperando entrar. También afuera de la Plaza de la Computación están los trabajadores ofreciendo cambios de compañía celular, compostura de equipos electrónicos o celulares.
“La pandemia no importa”
Sobre las calles de Ciudad Industrial, en Tijuana, aún caminan cientos de trabajadores para checar su talón de entrada y salida.
Se trata de un espacio enclavado en la zona noreste de Tijuana, un área que vive entre lo rural y lo urbano, y en la que cientos de camiones de carga destrozan el concreto que pisan.
Desde que fue declarada la contingencia por Covid-19, la mayor parte de la actividad económica en el mundo paró, pero en esta ciudad, donde al menos una tercera parte de los trabajos dependen de la producción y exportación, el freno laboral sólo fue parcial.
Nadia Barajas es una empleada de las casi mil maquiladoras IMMEX que reporta el Inegi solamente en Tijuana. Para ella ha sido difícil subirse todos los días a un camión en el que pocos son los que respetan las medidas sanitarias.
“De qué sirve cuidarme en el trabajo y en el equipo, si una vez que sales pues que Dios te proteja. Tengo a mi papá y a mi mamá, ellos ya están grandes y aunque estén en casa yo cómo los cuido de mí”, dice.
Tijuana es, según cifras de la Secretaría de Salud de Baja California, la cuarta ciudad con más contagios y la segunda con más muertes por Covid-19 en México.
Aun con una tasa de letalidad de 14%, prácticamente el doble de la media nacional, el gobierno de Jaime Bonilla Valdez decidió reabrir cientos de maquiladoras que consideró esenciales o parte de su cadena de suministro.
Ayer, el secretario de Salud local, Alonso Pérez Rico, informó que en este municipio, que colinda con San Diego, California, hay mil 336 contagios y 226 defunciones.
En este epicentro, la gente camina con el miedo clavado en los ojos; algunos portan cubrebocas y pocos usan un par de guantes.
Nadia piensa más en por qué solamente los trabajadores de producción deben trabajar cuando los directivos se quedan en casa. Dice que hubo quienes no se presentan desde marzo en el edificio ubicado en la zona industrial del Pacífico.
Comercios desolados en Sinaloa
En Culiacán, capital de Sinaloa y una de las ciudades críticas por su número de contagios, la mayor parte de la población se resguardó, tomó en serio la advertencia de que el pico de la pandemia del Covid-19 crecería, por lo que los cementerios, centros comerciales y calles lucieron desolados.
Los filtros sanitarios, compuestos por personal de la Guardia Nacional, el Ejército y las corporaciones policiacas locales, fueron movidos a las entradas y salidas de la capital, a causa de la disminución del flujo de vehículos y la movilidad, sobre todo en el centro.
Las autoridades municipales dispusieron limitar a una sola persona, con tiempo restringido de un máximo de 20 minutos, para las visitas a los cementerios, pero la medida fue incensaria, ya que escasas familias acudieron a visitar las tumbas de sus seres queridos y a colocarles flores.
En los camposantos sólo las cuadrillas de limpieza del ayuntamiento y algunos trabajadores contratados con anticipación recolectaron basura, repararon y pintaron algunas de las tumbas, por lo que no hubo necesidad de vigilancia policiaca.
Por disposición del Consejo Estatal de Seguridad y Salud Pública, a partir de hoy y hasta el próximo lunes, los panteones municipales y privados en todo el estado permanecerán cerrados y sólo se permitirán las inhumaciones.
En ese entido, en los supermercados, la ausencia de clientes fue marcada, pues la mayoría de los ciudadanos se mantuvieron en aislamiento. Sólo se vio circular las unidades de transporte de alimentos y bebidas que abastecen a las tiendas de conveniencia y a las grandes cadenas de tiendas.
Lo mismo sucedió en los mercados públicos, donde la mayoría de sus negocios bajaron sus cortinas. Los lugares se observaron desolados o con muy pocos clientes.
Sólo algunos vendedores de verduras y frutas se mantuvieron en los principales cruces de Culiacán ofreciendo a los conductores sus productos, los cuales tienen precios castigados debido a las pocas ventas registradas.
Jesús “N”, de 39 años, con varias cajas de limones y frutas se mantiene llenando bolsas bajo la sombra de un árbol.
En tanto, sus dos compañeros, con sombreros para cubrirse del sol y tapabocas ofrecen estos productos a los automovilistas.
“ Esta difícil la situación”, advierte el hombre. Comenta que conoce que según los pronósticos de la pandemia, ayer entró en su fase de mayor contagio el Covid-19, pero, afirma, no tiene más opciones que seguir trabajando para llevar dinero a su familia.
Los restaurantes han colocado grandes avisos en los que indican que por el momento los servicios que prestan son a domicilio.
Pese a dar promociones, sus ventas se les han caído casi 70% a causa de la pandemia, sin tener la certeza de cuándo volverán a abrir sus puertas a los comensales.