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Este domingo dieron inicio las ceremonias litúrgicas presenciales en templos y parroquias de la Arquidiócesis de México , mismas que fueron dedicadas a los enfermos de Covid-19 y en memoria de los más de 400 mil fallecimientos provocados por el virus durante la pandemia en México .
Con estrictas medidas de sana distancia en la Catedral Metropolitana y otras parroquias de la Ciudad de México reabrieron sus puertas a los fieles, donde se aplicaron filtros de sanitización antes de ingresar.
A los asistentes se les exigió uso de cubrebocas, se les tomó la temperatura, se aplicó gel antibacterial y se colocaron tapetes sanitizantes en las entradas.
Por primera vez, luego de cuatro meses de permanecer cerradas, las iglesias católicas celebraron misa y las personas escucharon la homilía y comulgaron en los templos.
La Arquidiócesis de México señaló que el retorno a las celebraciones se hará de manera gradual y con sólo el 30% de su capacidad.
En la Basílica de Guadalupe se realizaron las primeras misas al aire libre, sin embargo la misa de mediodía oficiada por el cardenal Carlos Aguiar Retes se realizó a puerta cerrada y se transmitió vía remota.
Donde el prelado exhortó a los fieles a orar a la virgen María de Guadalupe, para pedirle auxilio para que el pueblo de México pida sabiduría de corazón y viva manifestando la misericordia y el amor al prójimo.
“Ante esta realidad es consolador conocer la paciencia de Dios, que refleja la parábola de la red con la pesca: El Reino de los cielos se parece a la red que los pescadores echan en el mar y recoge toda clase de peces. Cuando se llena la red, los pescadores la sacan a la playa y se sientan a escoger los pescados; ponen los buenos en canastos y tiran los malos. Lo mismo sucederá al final de los tiempos”, explicó el cardenal.
Agregó que para conducirse como una persona sabia, Dios ha concedido la vida porque es un aprendizaje gradual, que lleva tiempo y casi siempre entre tumbos y yerros, entre caídas y levantadas, entre triunfos y fracasos, entre aciertos y errores, entre aceptaciones y rechazos de los demás.
Aguiar Retes, precisó que mientras tengamos vida por delante es una oportunidad de pedir a Dios la sabiduría de corazón y ejercitarla con paciencia y constancia.
“Siguiendo ese camino, día a día, llegaremos a ser personas muy positivas y alegres, de esas que da gusto conocer y con ellas colaborar. Pero además tendremos siempre la paz interior ante las adversidades y contratiempos, y la esperanza necesaria para afrontar con fortaleza los fracasos y derrotas”, puntualizó.
Señaló que es importante que en las experiencias vida estén presentes las palabras de aliento, motivación y consuelo, para dar respuesta ante situaciones nuevas, cumpliendo lo que Jesús predica.
rmlgv