CDMX.- La Iglesia Católica llamó a los mexicanos a no despilfarrar dinero en estas fiestas decembrinas puesto que el consumismo no abona a los más necesitados, como los migrantes, exhortó a los fieles a mantener los valores como la misericordia y pensar en el bienestar del prójimo.
“El afán de comprar y gastar sin sentido, sin programa, sin necesidad, sin beneficio para quien más necesita se llama consumismo , y por sí mismo constituye una bofetada a cualquier otro peregrino de tu barrio o tu ciudad, de tu país o de este planeta que a todos pertenece. Dar posada al peregrino o acoger al forastero son dos caras de la misma moneda, son caminos de encuentro y diálogo embellecidos por la misericordia”.
Desde el editorial “El sentido de las fiestas navideñas” , publicado en el semanario Desde la Fe, la arquidiócesis de México invitó a los ciudadanos a no malgastar sus recursos, a comprar lo necesario y a utilizar solo lo conveniente.
“Hay que evitar el desperdicio, cancelar el despilfarro, disminuir la contaminación, compartir el momento de fiesta, ofrecer tu compresión, regalar tu tiempo en servicio, fomentar el diálogo en familia, son otros modos de vivir las diversas obras de misericordia. Y si lo haces como peregrino, encontrarás la verdadera alegría de caminar cercano a otros caminantes”.
El artículo afirmó que las fiestas de Navidad y Año Nuevo son oportunidad para encontrarnos en familia y mostrar misericordia ante quien está necesitado, sin importar que esté cerca o lejos, sin importar que lo conozcamos o que jamás hayamos tenido contacto con su situación difícil.
“Bien vale una invitación directa y precisa para que en medio del ambiente festivo y familiar, tengas más abierto el corazón a la misericordia que la cartera al consumismo. Dicho de otro modo: si eres capaz de abrir tu cartera para lo que se acaba, ojalá seas más capaz de abrir el corazón para lo que no se acaba”.
La arquidiócesis que encabeza el cardenal Carlos Aguiar Retes resaltó que en la actualidad sigue siendo urgente dar posada al peregrino. “En el fondo todos vamos de paso por este mundo, y nadie -por muy arraigado que se encuentre a su hábitat, a su cultura, o a su comodidad- ha llegado a su meta definitiva.
El dicho popular lo afirma con singular claridad: Arrieros somos y en el camino andamos”.