Políticos, académicos e intelectuales advirtieron que en el tercer año de esta administración federal existe una “indeseable concentración de poder”.
Al participar en el conversatorio Movimiento por la República, el constitucionalista Diego Valadés calificó de “incomprensible” que a más de 100 años de la Revolución en México persista la concentración del poder en todos los niveles, desde el federal hasta el municipal, y llamó a la ciudadanía a suprimirlo.
“El poder concentrado es un adversario de la vida republicana; la única forma de superarlo consiste en suprimir ese poder absoluto de los presidentes, gobernadores y alcaldes, y darle el poder al ciudadano a través de sus instrumentos de representación política”, detalló.
El jurista Mariano Palacios, quien habló del respeto al pacto federal, también advirtió “con preocupación”, que ve una indeseable concentración de poder en el Ejecutivo.
“Veo con preocupación una indeseable concentración de poder en el Ejecutivo, que al incidir en las actividades internas del Congreso rompe el equilibrio parlamentario, desdeña la representación nacional, consigna que no se modifique ni una sola coma a sus iniciativas, y, en este sentido, es indispensable que para garantizar el federalismo haya una digna y sólida representación de los estados en el Senado y de la representación nacional en la Cámara de Diputados”, indicó.
El presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, recordó que los órganos autónomos realizan labores que anteriormente estaban concentradas en la Presidencia de la República, y advirtió que si se impulsan cambios al INE se debe partir de diagnósticos serios y bien razonados.
El periodista Leonardo Curzio externó su preocupación “de que se instaure el pensamiento único en este país”, mientras que Clara Jusidman, presidenta fundadora del Incide Social, aseveró que en este gobierno las organizaciones civiles siguen siendo vejadas.
La abogada Ana Laura Magaloni sostuvo que la gran asignatura pendiente de esta administración será solventar la legitimidad jurídica, que ha sido tan cuestionada por tantos frentes.
Finalmente, Porfirio Muñoz Ledo reiteró que en México se ha asentado un megapresidencialismo, por lo que llamó a los ciudadanos a no permitirlo.
“Mal haríamos en cohonestar que el gobierno se concentrase de nuevo en un Ejecutivo omnipresente y piramidal. Sería una lamentable regresión y una involución histórica semejante a las que han producido los golpes de Estado”, advirtió.
Al clausurar el conversatorio, recordó que México es un país de revoluciones en el que muchas leyes han sido escritas con sangre, “y sólo podrían ser extirpadas mediante sacrificios equivalentes”.
“Quienes pretendiesen enviarlas al infierno tendrían que liquidarlas y asumir un poder sin fronteras. Tal desmesura sólo podría explicarse por emergencias devastadoras o delirios de grandeza”, aseveró.
Señaló que cuando la verdad proviene de un solo hombre, “es una mentira”.
“En las democracias incipientes es peligroso debilitar a las instituciones públicas y a las organizaciones sociales, so pretexto de consultar directamente al pueblo”, aseveró.