En un dormitorio del Centro de Internamiento para Adolescentes Quinta Del Bosque, en Zinacantepec, Estado de México, se presentó una exposición de arte cuyas ilustraciones fueron realizadas por internos. Entre los colores y figuras de las obras montadas sobresalen partes de las sentencias.
“Se condena a los adolescentes sentenciados al pago de la reparación del daño en su doble aspecto material y moral…”, dicen las letras negras de fondo y “delito de homicidio calificado cometido con alevosía, ventaja y premeditación”, son las partes que se alcanzan a leer, pero sin mostrar los datos personales.
Son siete las obras que forman parte de la exposición SentenciaLibertad, en la que participaron jóvenes con medidas privativas de la libertad y litógrafos, en colaboración con Reinserta Un Mexicano A.C. y la Fundación Arte por la Vida.
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El Güero, como le gusta que le apoden a uno de los internos que participó en la exposición, comenta que en el pasado cometió muchos errores y no lo dejaron sobresalir de “buena forma”.
Y El Güero agrega: “Soy alguien que tiene muchos sueños y muchas esperanzas, pero que antes no supo cómo guiarse por un camino porque prácticamente lo caminó solo”.
Reinserta es una organización que trabaja con la población en conflicto con la ley, y meses atrás dio a conocer en su estudio Niños, niñas y adolescentes reclutados por la delincuencia organizada que hay una asociación entre la edad de deserción escolar y la edad promedio de ingreso a grupos delictivos, y que son los entornos violentos y con tendencia a actividades delictivas los que impactan en el bienestar de niños, niñas y adolescentes, llevándolos mucho más fácil a pertenecer a estos círculos.
La organización realizó entrevistas a 89 adolescentes, mujeres y hombres, privados de la libertad, de los cuales 67 fueron miembros activos del crimen organizado en las entidades de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Estado de México, Guerrero, Oaxaca y Quintana Roo.
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La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) refiere que no hay una cifra exacta de menores reclutados por la delincuencia organizada, pero estima que cerca de 30 mil se han incorporado a sus filas.
En 2018, el exsecretario de Seguridad, Alfonso Durazo, dio a conocer que hay alrededor de 460 mil niños, niñas y adolescentes reclutados por parte de grupos delictivos.
El internamiento de El Güero está por concluir después de una sentencia de dos años y seis meses.
“Mi sueño es tener un restaurante de comida mexicana, pero más que nada es ser chef de ese restaurante, y propuse el nombre en honor a un familiar que perdí y que no tuve la oportunidad de quererlo como realmente lo quise; fue una persona que, a pesar de que estaba lejos, siempre me apoyó, no estuvo toda la vida conmigo, pero en las situaciones malas sí estuvo y me decía: ‘Va, vamos a levantarnos’”.
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En mayo de este año, con el fin de ayudar en la reinserción de los jóvenes, se anunció la construcción de un albergue para los familiares de menores que se encuentran en este centro de internamiento para adolescentes, ya que la mayoría de las familias son de escasos recursos y no pueden pagar estancias en la zona o se complican los traslados para visitar a los internos.
Son muchos los factores que abonan a que un menor sea integrado a la delincuencia. Sobre las hojas de las sentencias que los privaron de la libertad también hay otra oportunidad de vida, las obras representan la reinserción, sueños y amor propio.