El gobierno de la Cuarta Transformación busca desaparecer la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y que se convierta en una mesa de quejas en la que no se resuelva nada, consideró María Ampudia González, exintegrante del Consejo Consultivo del organismo.
Explicó que renunció a su cargo honorario, al igual que cuatro de sus 10 compañeros, “por congruencia y dignidad”, luego de los cuestionamientos a la nueva presidenta del organismo, Rosario Piedra Ibarra, quien, consideró, no está preparada y no conoce la CNDH.
Dijo que Rosario Piedra Ibarra no cumple con el perfil necesario para dirigir al organismo autónomo porque en sus primeras declaraciones públicas demostró una postura de respaldo hacia el presidente Andrés Manuel López Obrador, y, sobre todo, porque mintió respecto a su pertenencia a un partido político, el del Mandatario, Morena.
¿Por qué renunció a su cargo?
—Por congruencia. En la última junta del consejo se lo pedí a mis compañeros: por dignidad, hay que renunciar, porque ha sido muy cuestionado el proceso para designar al presidente de la comisión. Es muy triste ver la decadencia. A esta mujer se la están acabando en el día dos.
Pero Rosario Piedra Ibarra no ha comenzado su labor...
—La idea es terminar con la CNDH, bajarle recursos, hacer una defensoría del pueblo que se convertirá en una mesa de quejas, en algo que no le genere nada negativo al poder.
¿Se lo dijeron a los consejeros?
—Sí. La CNDH fue creada para bajarle el poder al poder, que en México siempre se ha manejado en contra de quienes no piensan como nosotros, y por eso fue formulada la comisión: la política necesita un freno. Lo que sucedió en el Senado fue vergonzoso; dejan a la CNDH como un organismo exageradamente vulnerable y manipulable.
¿Esta idea quién la expresó?
—Yo no quisiera, en este momento, decir quién fue. Sin embargo, definitivamente vemos venir que el siguiente paso es bajarle el presupuesto a la comisión: de 2 mil millones de pesos nos vamos a ir a la mitad, y luego a la mitad y así hasta cambiarle el nombre. Esa es la idea.
¿Este será el papel de Rosario Piedra Ibarra?
—Para nadie es ya negado. Yo no tengo absolutamente nada en su contra, y te lo digo sinceramente, porque no la conozco. No obstante, hoy dice que pidió permiso para retirarse de su puesto en Morena e hizo un juramento: no mentir. Ella puso que no formaba parte de un partido y la realidad es que sí. Si empezamos engañando, ocultando la verdad, ¿qué nos puede esperar?
¿Por qué desaparecer la CNDH?
—La recomendación sacaba a la luz situaciones anómalas en las que el poder actuaba, políticamente, contra un ciudadano. No llegaba más allá, pero te daba la solución y te pedía que lo resolvieras. ¿Cómo una persona de Morena tan allegada al Presidente le va a a decir: “Ponga atención aquí, porque su gente hizo tal cosa”? ¿Con qué calidad moral? No hay manera, todo está a modo.
¿Cómo funcionaría esta “mesa de quejas”?
—Antes de que fuera presidente López Obrador, se hicieron unos Diálogos por la Paz, la Verdad y la Justicia que fracasaron porque se hicieron mesas de quejas: la gente llegaba, se peleaba y levantaba la mano. Finalmente era como una catarsis y decían: “Ya me escucharon”, pero no se resolvía nada. Va a ser exactamente igual en la CNDH. ¿Qué va a pasar? Va a tener una postura light. El gobierno no tiene la más remota idea de la importancia de la CNDH, por eso se la pelearon como se la pelearon, por eso llegaron a empujones, a descalificaciones, a golpes.
La señora Piedra dijo que será independiente por ser víctima, ¿qué opina?
—Eso lo tendrá que demostrar con el tiempo, pero lleva dos días y ha hecho todo lo contrario: ha defendido a gente que no debe, incluso a su partido. Ahora, no es la única víctima del país. Si lo que querían era darle un puesto a la señora, le hubieran dado la Comisión Especial de Atención a Víctimas. Ahí sí hubiera hecho ella muy buen papel.
¿Está preparada?
—No, de ninguna manera. Eso sí te lo confirmo: no está preparada para esto. Es más, no tiene ni remota idea de qué es la CNDH.
¿No tenía el perfil?
—[En el proceso] se presentaron personas que verdaderamente han entregado la vida para defender los derechos humanos y la única que no tenía el perfil era ella. No necesitamos a alguien que tenga que ver con un partido político, porque entonces la CNDH no va a funcionar. Me da mucha tristeza que pusieran a alguien que no tiene la calidad moral. Por eso renunciamos.
El Presidente acusó a los consejeros que renunciaron de conservadores. ¿Qué responde?
—Bueno, esa es su manera de pensar; hasta nos comparó con un banco. En lo personal, creo que nunca ha leído el reglamento que tenemos como base ni sabe lo que significa ser consejero de la CNDH. Me gustaría que supiera que el nombramiento es honorífico, que nunca en la vida ganamos un peso por ayudar a la comisión o a las víctimas.
¿Qué CNDH se vislumbra con la Cuarta Transformación?
—Lo que yo vislumbro es una decadencia total, una defensa, por supuesto, de los ciudadanos, pero desde otra plataforma, una en la que no haya poder o no se vaya en contra del poder; una plataforma en la que las organizaciones civiles no tengan injerencia; una plataforma en la que las víctimas puedan hablar, pero no a la luz. Una decadencia total.
En su carta de renuncia, argumentaron que la CNDH de Piedra Ibarra se sometería al presidente López Obrador.
—Definitivamente. En la primera entrevista que le hacen, defiende la postura de él contra los periodistas: ahí dejó ver que la pusieron en ese lugar para defender a López Obrador. ¿De qué sirve una recomendación o cuántas recomendaciones saldrán? No te sé decir, pero de que su postura es defender la del Ejecutivo, ya lo dejó muy claro.
¿En qué situación queda el consejo después de haber sido reducido a la mitad?
—Endeble. Se quedan cinco personajes que son grandes y muy responsables. Me imagino que llamarán a que la gente se acerque para ser consejeros. A lo mejor vamos a ver a gente de Morena metida ahí, sin facultades ni conocimientos. Morena tiene mayoría y van a hacer lo que ellos quieran.