D e los 2 mil 446 municipios que hay en México, por lo menos en mil 58 hay uno o varios grupos del crimen organizado, de acuerdo con los documentos de inteligencia militar extraídos del hackeo que realizó el grupo Guacamaya. Es decir, si tomamos en cuenta los kilómetros que estas regiones ocupan, los datos revelan que en 72% del territorio mexicano hay presencia de algún cártel, banda o célula criminal.
Son más de 80 organizaciones y 16 bandas delictivas que fueron reportadas entre 2017 y 2022 por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), así como 419 nombres asociados a la delincuencia, a quienes además se les cataloga como blancos relevantes por la violencia que generan en sus zonas de operación.
Un elemento que sobresale en los informes es el amplio despliegue del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), según los datos recabados por distintas áreas de inteligencia de la Sedena. Este cártel tiene presencia en 20% de los municipios de México y, a diferencia de los demás grupos delictivos, ha generado alianzas que lo han llevado a estar presente en casi todas las regiones del país.
Aunque los reportes están fechados entre 2020 y 2022, el gobierno federal tienen identificado a este cártel como el factor clave del alza en la violencia en algunos municipios de Quintana Roo desde 2017, principalmente en Benito Juárez y Solidaridad, en donde además desde 2020 se vio un incremento notable en el delito del narcomenudeo. Lo mismo ocurre desde hace dos años en algunas zonas de San Luis Potosí, como en Matehuala y Soledad Graciano, en donde han llegado a querer “despojar del control a las organizaciones delictivas que históricamente habían mantenido una hegemonía, como son: Cártel del Golfo (CDG), Zetas-Vieja Escuela y Cártel del Noreste (CDN)”, según los documentos revelados.
Al mismo tiempo que estos informes califican al CJNG como el generador de violencia en diversas zonas de México, también infieren que su expansión puede estabilizar ciertos delitos de alto impacto como el homicidio, secuestro y extorsión.
El nuevo mapa del crimen organizado que nos deja ver la inteligencia militar muestra un país saturado de criminalidad, ocupado en su totalidad en la frontera norte y en puntos estratégicos de la frontera sur; que se atrinchera en las zonas rurales, pero también pelea las capitales y grandes ciudades, que está lleno de escisiones y traiciones internas y que entre los mismos cárteles hay pugnas entre sus facciones que tienen años, como pasa con el Cártel de Sinaloa y el CJNG.
En la revisión de estos reportes de inteligencia de la Sedena se encontró que de los más de mil municipios en donde hay presencia de algún cártel o banda delictiva, en 343, es decir, en uno de cada cinco, hay dos o más grupos delictivos, ya sea por alianza o porque se están disputando los territorios. Los que por lo general entran en estas peleas son el Cártel del Golfo, el Cártel del Pacífico, el CJNG y, en menor medida las pequeñas células que aún quedan de Los Zetas.
Sobre los líderes, abogados, operadores financieros, sicarios, jefes de células y militantes destacados, la Secretaría de la Defensa Nacional tiene identificados plentamente a más de 400 miembros del crimen que operan en México. De este listado, sobresalen 10 que son catalogados como parte de organizaciones delictivas, pero también por sus puestos en gobiernos municipales y por ser exmilitares.
Estos documentos demuestran las redes tan amplias que componen a cada uno de los grupos criminales en el país, en donde sólo 30% del territorio mexicano se libra de estar en medio de esta guerra.
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