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Chilpancingo.— Cada vez es más recurrente que las organizaciones criminales en Guerrero utilicen ropa tipo militar. En algunas regiones son conocidos como los pintos, por el camuflaje de los uniformes. Entre la población hay una especie de advertencia: si en alguna carretera o en un retén te marcan el alto “militares con tenis”, cualquier cosa puede pasar.
Sin embargo, recientemente también utilizan vehículos que dan la apariencia de ser militares y en realidad son falsos.
EL UNIVERSAL tuvo acceso a fotografías y videos en las que se observa a hombres armados, con uniformes de camuflaje, algunos de los cuales viajan en un vehículo Jeep pintado de verde, con el número 198707 en una puerta y la leyenda “Ejército Mexicano”, en la otra.
En el video se observa un hombre con uniforme militar y un arma larga gritando “puro Tlaco”, en referencia a Los Tlacos, grupo criminal que opera en Guerrero y que está en disputa en varias regiones con La Familia Michoacana.
El especialista en temas de seguridad David Saucedo afirma que la lógica militar en las organizaciones criminales está en por lo menos tres vertientes. Primera: la participación de militares profesionales, de élite, que se han incorporado a estos grupos, el caso emblemático es el de Los Zetas, que comenzó como el brazo armado del Cártel del Golfo.
Segunda: los grupos paramilitares tienen un rol criminal, pero son semiprofesionales.
“Estos clonan la vestimenta, en cierto sentido tienen los grados, pero carecen de disciplina, no son militares profesionales, tuvieron adiestramiento pero ya en los campos criminales, no tienen formación castrense de origen”, expresa el experto.
La tercera: es una constelación de grupos que no tienen nada de militares, ni de adiestramiento o armamento, “lo único que hacen es comprar botas tácticas, uniformes que los utilizan para tratar de engañar”.
—¿Se visten de militares para tratar de engañar?, se pregunta al experto.
“En los tres casos dan una respuesta a la militarización. Esta es una de las consecuencias no calculadas, no deseadas de la militarización en el combate al narcotráfico. [El presidente Andrés Manuel] López Obrador en este sexenio militariza las áreas de seguridad pública, la Secretaría de Seguridad Pública, la Guardia Nacional, incluso las secretarías de Seguridad Pública estatales. La militarización del combate al narcotráfico provocó que las organizaciones criminales también se militarizaran”, advierte.
¿La militarización de las organizaciones, es alentada desde el Ejército, es decir, hay tráfico de armamento y vestimenta?, se cuestiona.
“No es alentada por el Ejército, más bien se trata de elementos corruptos que desde los talleres donde se fabrican los uniformes o armamento los sacan. Por ejemplo: el rifle FX-05 Xiuhcóatl, que lo manufactura la Sedena, se ha descubierto que es utilizado por el crimen organizado. No es una práctica alentada, pero sí es una falla del Ejército”, expone.
El experto precisa que hay casos de militares que operan con criminales, ya sea cuidando sus residencias o para “tronar” bodegas de la competencia, y capturar a un líder criminal de la competencia: “Es más frecuente que el crimen compre un general, un capitán que el uso de vehículos clonados. Cuando compran a un general, lo compran con todo y chofer, vehículos y tropa”, subraya. Corresponsalía