Más Información
Sheinbaum es una "consumidora voraz" de información: José Merino; el tablero de seguridad, herramienta clave, destaca
Oposición tunde diseño de boletas de elección judicial; “la lista definitiva la harán Monreal y Adán Augusto”, dice Döring
Rosa Icela Rodríguez se reúne con próximo titular del INM; “arrancaremos el 2025 con mucho trabajo”, asegura
Un video muestra la imagen de hombres desesperados que intentan abrir un elevador, ¿por qué hay tanta desesperación en aquellas personas? La escena continúa: un hombre golpea con un martillo, lo hace con fuerza. En conjunto arrancan el marco del elevador. Se escuchan los gritos de una mujer desesperada. Aquellas personas actúan por instinto, el instinto se llama: salvar la vida. ¿De quién? De una menor de 6 años que estaba siendo atendida de dengue. Era trasladada de terapia intensiva cuando la mitad de su cuerpo quedó prensado al elevador. Por varios minutos trataron de rescatarla. Al sacarla de ahí la llevaron a urgencias. Los intentos por revivirla fueron insuficientes, murió de la manera más terrible. Lo más escalofriante es que sucedió en México, para ser más específicos en el hospital número 18 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Playa del Carmen, Quintana Roo. A todo este doloroso y lamentable evento hay que sumarle que las autoridades del IMSS culpan a la empresa privada que no le dio mantenimiento al elevador.
¿Es esa la realidad del problema? ¡No!
El problema es más profundo, y se llama: la falta de inversión a la salud pública. CONEVAL publicó una nota informativa a finales de 2022 con los siguientes datos:
3.9% de los hogares en México destinan el 30% de su ingreso en salud.
El gasto de salud que provenía de Instituciones Públicas, fue el más bajo (49.3%) de la OCDE.
En 2019 en México se destinó el 2.7% del PIB al gasto público de salud, esto por debajo de los umbrales de la OPS y la OMS.
La carencia del acceso de servicios de salud aumentó del 16.2% en 2018 al 28.2% en 2020.
En México retrocedemos en cuestión de salud, un tema crucial para la vida y el desarrollo humano es un juego para el gobierno: en mayo se promulgó la ley que desaparece el INSABI y sus funciones se integran al IMSS-Bienestar. El problema no es lo que dice la ley, sino la falta de recursos y de personas capacitadas para estar al frente del sistema de salud.
Preguntémonos: ¿Por qué la manía de desaparecer lo que funciona?
Si el Seguro Popular daba resultados, lo más conveniente era reforzarlo con presupuesto y personal preparado. La Salud Pública es uno de los grandes problemas nacionales. Resolverlo pasa por:
Dar mayor presupuesto al sistema de salud y retomar el Seguro Popular.
Tener procesos que vigilen y garanticen la compra y abasto de medicamentos.
Mejoras los sueldos de médicos y enfermeras.
Tener mejores instalaciones de salud con camas y quirófanos suficientes.
La pandemia demostró las carencias del sistema de salud: la gente murió en sus casas por falta de camas en los hospitales.
Los problemas se agravan porque no se resuelven: ¿cuántos niños con cáncer siguen sin recibir medicamento? ¿A Cuántas mujeres sin acceso al sistema de salud pública no se les diagnostica oportunamente el cáncer? ¿Qué hacen las casi 36 millones de personas que no tienen acceso a la salud, esperan que rezando a una estampita se curen?
Nuestro primer gran problema, nos llama a exigir que en los tiempos de promesas se presenten proyectos reales, no soluciones fáciles sino reformas y leyes profundas. Se tendría que pensar que quien encabece el sistema de salud, quien este frente al IMSS e ISSSTE cuente con la trayectoria y la preparación adecuada. No se puede postergar el martirio de quien sufre lo tortuoso que es sacar una cita con su médico familiar y mucho menos la casi imposible posibilidad de ser canalizado al especialista. Parece broma, pero en México para ser atendido en el sistema de salud: debes llegar casi muriéndote.
¿Esperamos que más niñas mueran dramáticamente atrapadas en un elevador y no pase nada?
Próxima entrega: Grandes Problemas Nacionales (2): Seguridad