Entre el 5 de septiembre de 2021 y el 14 de enero pasado, siete obispos, 264 sacerdotes, 13 diáconos permanentes y 10 religiosas fallecieron por Covid-19, de acuerdo con el 22 reporte de Clérigos y Religiosos fallecidos en México por afecciones del Covid-19, realizado por el Centro Católico Multimedial (CCM).

En las últimas semanas se sumaron tres obispos más, entre ellos Onésimo Cepeda, emérito de Ecatepec, quien murió el 31 de enero. En total, se han registrado el fallecimiento de 297 religiosos.

De acuerdo con Elio Masferrer, profesor e investigador emérito ENAH-INAH, los contagios se agudizaron porque los ministros religiosos no dejaron de ejercer su servicio sacerdotal y de estar en contacto con la gente.

“El problema central es que el trabajo de un ministro de culto está en tener contacto con la gente que tiene más problemas, entonces si viene una familia y pide que les den los santos óleos o reconfortar a un enfermo, pues se exponen al virus”, explicó.

Cinco días después de resultar positivo, el padre Hugo Valdemar tuvo una complicación, su oxigenación bajó 62%, por lo que fue trasladado en ambulancia hasta un hospital de Puebla, contó en entrevista para EL UNIVERSAL.

En la unidad hospitalaria, los médicos le dijeron que tendrían que ponerle oxígeno y, de no mejorar, lo tendrían que intubar. Decisión que no entendió, porque dijo que no le hacía falta el aire y se sentía bien.

“Oí la discusión de los médicos, decían que si en 20 minutos que me pusieran el oxígeno no recuperaba la saturación, me intubarían, yo reaccioné preguntándoles: ¿por qué? Si yo me siento bien. Y es que en realidad nunca sentí que me faltara el oxígeno. Afortunadamente respondí bien y no hubo necesidad de que me intubaran”, explicó el religioso.

En 10 minutos el párroco mejoró; sin embargo, permaneció 10 días hospitalizado con al menos una docena de medicamentos para tratar la neumonía que le causó el virus y que afectó 80% de sus pulmones.

Al igual que los religiosos que han enfrentado el Covid, Valdemar pagó con recursos propios; sólo le donaron el medicamento. El sacerdote no recibió apoyo de la Arquidiócesis Primada de México, antes, contrató un seguro de gastos médicos, por lo que con éste cubrió 970 mil pesos de su hospitalización y el clérigo sólo dio lo deducible: 70 mil.

“Afortunadamente, unos meses antes, al ver que estábamos desamparados por parte de la Arquidiócesis de México, decidí comprar un seguro de gastos médicos mayores, el seguro pagó casi la totalidad del tratamiento y varios amigos míos me ayudaron a cubrir el deducible y otros gastos”, explicó.

El 20 de enero de 2021, la Arquidiócesis dio a conocer en un comunicado que los clérigos que necesitaran hospitalización serían atendidos en instituciones públicas y en las clínicas privadas que hicieron convenio que realizó el gobierno federal.

“La decisión de que los obispos y sacerdotes reciban la atención médica por Covid en dichos hospitales la ofrecemos ante la situación económica que vive la Iglesia en el país”, señaló la Arquidiócesis.

El padre Omar Sotelo, director del CCM, mencionó que los seguros de gastos médicos no fueron suficientes, ya que esos seguros de los sacerdotes no cubrían muchas enfermedades y mucho menos el Covid-19, lo que dejó al descubierto la ineficacia de los planes de salud de las diferentes diócesis del país.

“El plan de gastos médicos mayores de las Arquidiócesis de México y las demás diócesis están en un proceso de actualización, en un proceso de eficacia, en un primer momento sí dejaron mucho qué ver, había grandes deficiencias, grandes carencias y podemos decir varios de los sacerdotes perdieron la vida por este tipo de anomalías en los seguros médicos.

“A dos años [del Covid], hemos constatado que se están reestructurando los seguros de gastos médicos mayores en las diócesis”. Masferrer mencionó que ya había conflictos entre la jerarquía eclesiástica y el plebiscitario, que, con la llegada de la pandemia y la falta de recursos, se agravaron.

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